CIUDAD DEL ESTE (Redacción) Puede cambiar la mano que azote, pero el chicote sigue siendo el mismo. Es un adagio que hace recordar todos los días los cambios de las autoridades en puestos como gobernación, municipios, etc. Pero al final nos damos cuenta que los coloradotes seccionaleros, hurreros, operadores politiqueros sean del movimiento que sea, siguen campantes en sus puestos, libando la fresca viruta del Estado. Así como Jaime Bolla por ejemplo, que quiere ser intendente, gobernador o presidente, porque ya sabe dónde está la mafia y en este país robar no es pecado. Total, para eso está Sandra Quiñonez, que bendice todas las falcatrúas que cometen los politiqueros.

En la gobernación por ejemplo, se supo que la mayoría de los incondicionales del clan Zacarías tuvieron sus contratos renovados hace algunos días, confirmándose que la estructura del clan Zacarías jamás fue tocada con la llegada del nuevo Gobernador, y los esquemas de trampas para las licitaciones y otros negociados permanecen intactos. Pero no solamente son funcionarios de tercer o cuarto rango, que generalmente no son removidos enseguida, sino que se tratan realmente de personas de confianza del anterior gobernador, quienes no fueron tocados. Ellos están en casi todas las secretarías, haciendo de las suyas con total impunidad.

Las fuentes dieron algunos nombres, y aseguraron que hurreros contratados en la división de Tesorería, y de Presupuesto, fueron incluso nombrados. Tal es el caso por ejemplo de Leticia Florenciáñez, quien queda como Tesorera; y Nelson Lobos, como personal de confianza en la Secretaría General. Entonces, estos y muchos otros se mantienen en el esquema, es decir, solo cambió el nombre del movimiento, pero no las mañas.