TODOS SOMOS RESPONSABLES, HACÉ TU PARTE

DENUNCIÁ Y SALVA LAS VIDAS DE LOS NIÑOS Y NIÑAS.

 

CIUDAD DEL ESTE (Realidad social, Redacción) ¿Sabías que, en los primeros 4 meses del año se recepcionaron más de 800 denuncias por abuso sexual en niños, niñas y adolescentes?. No siempre es fácil identificar cuándo un niño ha sido abusado. Los niños que han sido maltratados con frecuencia tienen miedo de decírselo a alguien porque creen que les echarán la culpa o que no les van a creer. Algunas veces permanecen callados debido a que la persona que los abusa es alguien a quien ellos quieren mucho, o debido a que siente miedo, o ambas cosas. Los padres también tienden a pasar por alto algunos signos y síntomas de abuso debido a que no quieren enfrentar la realidad. Esto es un grave error. Un niño que está siendo abusado necesita ayuda y tratamiento especial tan pronto como sea posible. Entre más tiempo continúe siendo abusado o teniendo que lidiar solo con la situación, es más difícil para el niño poder sanar y desarrollarse física y mentalmente de forma óptima. Si ves algo, si sospechas algo denunciá al 911 o al 147, hacé tu parte.

No existen comportamientos que se relacionan con un tipo en particular de abuso o negligencia. Aquí le ofrecemos una pequeña lista de signos y cambios de comportamiento en niños que han experimentado abuso o negligencia:

  • Signos físicos
  • Una lesión (hematoma, quemadura, fractura lesión de la cabeza o abdomen que no puede ser explicada.
  • No aumentar de peso (especialmente en los bebés) o bajar de peso de forma dramática.
  • Sangrado o dolor en los genitales.
  • Una enfermedad de transmisión sexual.

Otros cambios que deben generar inquietud:

  • Comportamiento temeroso (pesadillas, depresión y miedos raros).
  • Dolor abdominal, mojar la cama (especialmente si el niño ya había aprendido a ir al baño y dejado el pañal).
  • Intentos de escaparse de la casa.
  • Comportamiento sexual extremo que parece inapropiado para la edad del niño.
  • Un cambio repentino en su autoestima.
  • Dolores de cabeza o de estómago sin ninguna causa médica.
  • Temores anormales, pesadillas frecuentes.
  • Mal rendimiento en la escuela.
  • Comportamiento extremadamente pasivo o agresivo.
  • Comportamiento que indica una necesidad desesperada de afecto o aislamiento social.
  • Aumento del apetito o robo de alimentos.

Si usted sospecha que su niño es abusado, obtenga ayuda de inmediato por medio de su pediatra o agencia local de protección a menores. Los médicos están obligados por ley a informar a las autoridades estatales de casos de los que se sospecha abuso o negligencia. Su pediatra podrá también detectar y tratar cualquier lesión o afección médica, recomendar terapia y proveer la información necesaria a los investigadores. El médico también puede atestiguar en la corte si es necesario para obtener protección para el niño o para enjuiciar a la persona de la que se sospecha ha cometido el abuso o negligencia.

Si su niño ha sido abusado, usted puede ser la única persona que lo pueda ayudar. No existe razón alguna para demorar el denuncio si usted sospecha abuso. Ignorar o negar el problema sólo empeorará la situación, permitiendo que el abuso o negligencia continúe y reduciendo la posibilidad de que su niño tenga buena salud física y mental y un bienestar óptimo.

En caso de abuso o negligencia, la seguridad del niño debe ser lo más importante. El niño necesita estar en un entorno seguro y libre de la posibilidad de que el abuso o negligencia continúe.

Las principales razones para el maltrato físico y psicológico de los niños dentro de la familia con frecuencia se deben al aislamiento, estrés y frustración de los padres. Los padres necesitan apoyo y tanta información como sea posible para poder criar a sus hijos de forma responsable. Es necesario enseñarles a los padres a sobrellevar sus propia frustración e indignación (ira) sin desahogarse con sus niños. También necesitan de la compañía de otros adultos que los escuchen y los ayuden durante las crisis.

Supervisión personal y participación en las actividades de su niño son las mejores formas de prevenir abuso físico y sexual fuera del hogar. Preste atención detallada a lo informes sobre su niños y a las reacciones que tiene sobre sus experiencias en la escuela o centro de cuidado infantil. Indague siempre que su niño le diga que ha sido maltratado o si tiene un cambio de comportamiento inesperado y sin razón.

Aunque usted no quiere asustar a su niño, puede enseñarle algunas reglas básicas sobre la seguridad sin que se sienta amenazado. Enséñele a mantener distancia de los extraños, a no deambular (dar vueltas) por zonas que no conoce y a decir “no” cuando alguien le pide que haga algo que no quiere hacer, y a decirle siempre si alguien lo ha lastimado o lo hace sentir mal.

Una comunicación abierta y bilateral (de ambos lados) con su niño le da la mejor posibilidad de enterarse pronto si un problema ocurre. Haga hincapié en que el niño no se verá en problemas si le cuenta sobre un abuso o cualquier acontecimiento confuso. Enfatice que usted necesita saber para poder mantenerlo a salvo y que nada malo le va a pasar si él o ella le cuentan. En lugar de enseñarle al niño que está rodeado de peligros, enséñele que es fuerte y capaz y que puede contar con usted para mantenerlo a salvo, mientras que él o ella le comunique lo que pasa.

 

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