REFLEXIÓN DE UNA MADRE Y SU HIJO

EL DÍA QUE ME FUÍ…

CIUDAD DEL ESTE (Reflexión) El día que me fui, te escuché llorar, pero no pude consolarte.  Perdóname mamá. Escuché que me rogabas que me quedara, escuché que te enojaste, escuché tu dolor. Perdóname por haberte causado ese dolor tan grande. Tuve que irme, a pesar de que no quería irme, yo te amo y siempre te amé ¿porqué me iría? Yo también lloré, viendo como me alejaba de ti, pero entonces, miré al frente y, no te imaginas lo hermoso que es lo que ví! Algún día lo verás, con tus propios ojos, verás el bello lugar en el que yo vivo. Ni tú ni yo entendemos porqué tuvimos que separarnos, he visto tus lágrimas, he visto tus noches de insomnio, he visto como miras mis cosas y extrañas un abrazo mío, pero ¿sabes? estoy más cerca de lo que te imaginas. Estoy feliz, mamá. Lo único que me falta para nunca dejar de estarlo, es volver a ver que tú sonríes.

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