Exacción y lesión de confianza de personajetes nos averguenza

Es realmente lamentable que el Paraguay tenga personajes de esta calaña y que sobre todo, son autoridades, como la ministra del Tribunal Superior de Justicia Electoral, María Elena Wapenka, quien cobró viáticos por capacitaciones en Honestidad en el interior del país, pero sin embargo, según confirmó Migraciones, la misma no se encontró en el país cuando cobraba los jugosos viáticos, un caso realmente escandaloso y vergonzoso. Si fuese un país en serio, con presidente, diputados, senadores, contralores, ésta y muchos otros más ya estarían trabajando como calesiteros en una fiesta patronal, allá por la ciudad de “Wapenkanía”. Que? Si, Wapenkanía, camino donde hay un letrero que dice “aquí acaba el planeta, a cinco cuadras de allí éstos tendrían que ir a vivir.
WAPENKA FOTOTambién están en el ojo de la tormenta Ramírez Zambonini y Jaime Bestard, con sueldos de 43 millones de guaraníes y encima cobraban viáticos por cualquier cosa, y sin realmente hacer los viajes que supuestamente figuraban en las planillas. Ya es hora que el pueblo paraguayo diga basta a estas situaciones, que se siguen prolongando hace décadas, en Itaipu, carniceros que figuran como asesores, con salarios de hasta 50 millones. El país necesita despertar de la ignorancia, salir a las calles, parar todo, echarle a patadas, a socos, con palos, con lo que fuera, a estos grandes sin – vergüenzas que hasta ahora se nutren de la ignorancia del pueblo para enriquecerse y vivir babilónicamente en un puterío total, sostenido por el esfuerzo del paraguayo trabajador. Debemos desterrar a estos Barrabases, sanguijuelas, a esos que tienen dolor de cintura cuando deben comparecer en un juicio oral, a éstos hay que tirar a los leones, como en tiempos de Pilatos. Caro lector, a ud. no le parece que se pasará tiempo y tiempo leyendo, pero siempre seguirá lo mismo, busquemos una solución de una u otra manera, para poder ponerle un basta a estos sin – vergüenzas caraduras que dicen bonos soberanos, y sin embargo lo efectivizan en algún club de París. A estos personajes, que día a día se los ve o se los descubre con sus trapisondas hay que escarcharlos socialmente y no dejarle entrar siquiera a un kiosco para que se compren una croqueta o empanadita. Hay que tenerlos a base de pyno´i y Diarem.

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