PARAGUAY EN LA MIRA POR DECLARARLOS TERRORISTAS

Hezbollah, un grupo terrorista que quiere instalar el caos en el mundo

CIUDAD DEL ESTE (Terrorismo, por Carlos Roa) El Hezbollah parece estar cada vez más encerrado en América Latina. O al menos así son los indicios que se dejan ver. Sólo mantiene sus lazos políticos con aquellos regímenes donde la democracia pareciera un estorbo y en los que se muestran obsesionados -retóricamente- con el diabólico “imperialismo”. Lo que significa en pocas palabras que esta organización sí es terrorista y que estos quieren a sangre y fuego imponer un estado islámico en el mundo.

La Venezuela comandada por Nicolás Maduro –quien de la mano de Tareck El Aissami le abrió las puertas desde hace años– es quizás el ejemplo más claro y donde mayor margen de acción encuentra la organización armada. También en Cuba, Nicaragua y Bolivia. Dónde más, sino. Todas naciones con discursos similares que mantienen con el grupo libanés nexos que van más allá de la formalidad diplomática: el lavado de activos y el narcotráfico están entre los principales intereses que estas administraciones facilitan. También la penetración en la región: pasaportes, identidades falsas, ciudadanías.

Sin embargo, a medida que el Socialismo del Siglo XXI adelgaza las operaciones de los extremistas chiítas están cada vez más comprometidas en esta parte del globo. La reciente decisión del presidente paraguayo Mario Abdo al declararlo grupo terrorista va en sintonía con la medida adoptada por Argentina en julio último y que podría continuar el brasileño Jair Bolsonaro una vez que logre solucionar la severa crisis ecológica que atraviesa en el Amazonas y por la que el mundo entero -desde jefes de estado hasta personalidades de la cultura- lo juzga y con razón.

Una de las capitales de Hezbollah en América Latina es en la Triple Frontera. Es la frágil y descuidada zona que componen Brasil, Paraguay y Argentina. Ciudad del Este es donde más cómodos se sienten. Desde hace décadas. En años (meses) recientes los tres países declararon una confrontación abierta contra la milicia, lo que podría provocar -de continuar en el futuro esta política conjunta- una irremediable reducción de sus tareas en la región.

Como explicó a Infobae Emanuele Ottolenghi, miembro destacado de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD, por sus siglas en inglés), el grupo terrorista se asienta en comunidades a través de mezquitas, centros culturales, escuelas y comercios. Todas actividades lícitas, a simple vista. No obstante, a través de ellos elaboran un complejo adoctrinamiento en diferentes capas sociales. Sobre todo de los inmigrantes musulmanes que poblaron buena parte del área tripartita en los 80. Una réplica de lo que ocurre en el Líbano, donde además se acompaña con fusiles. Con el aporte de la comunidad, Hezbollah recauda dinero a través de ellas. Finalmente, esas instituciones serán simples fachadas por las cuales se podrá lavar dinero y contrabandear.

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