La impunidad es el propulsor principal para la criminalidad

GATILLO FÁCIL Y VOLÁI DELINCUENTES

CIUDAD DEL ESTE (Policiales, por Carlos Roa) Tal y como la sociedad lo percibe y sufre, los asaltos, robos, apropiación, entre otros, siguen en línea ascendente en el país. Los delitos contra la propiedad entre los años 2010 y 2017 aumentaron en 19,3 por ciento conforme el estudio denominado “Crimen, prisión e inseguridad”, presentado en diciembre pasado por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales del Paraguay (Inecip).

Las estadísticas policiales del 2017 no muestran un buen panorama, ya que la tendencia muestra que los robos y asaltos, lejos de disminuir, continúan en aumento, explica el Dr. Juan Martens, investigador y especialista en criminología del Inecip. Resalta que también los homicidios se han incrementado, en más del 13 por ciento entre el 2014 y el 2017. Sostiene que este fenómeno ocurre ya que la mayoría migra del campo y, al no encontrar una salida laboral, recurre al delito para satisfacer sus necesidades.

A criterio del investigador, la gente está indefensa por partida doble: primero, porque las organizaciones estatales de seguridad, es decir, Policía Nacional, Ministerio Público y Poder Judicial, no funcionan; y, segundo, por la delincuencia común, “la que roba, la que mata”. Otro punto a tener en cuenta es el de la impunidad y su efecto “criminógeno”, es decir –explica–, una persona que comete delito y no es sancionada o no recibe un castigo en el momento oportuno. “De nada sirve una sanción al tercer, cuarto, quinto año de haber cometido el hecho. El Estado debe resolver si existe culpabilidad o inocencia en seis meses o un año a más tardar”, alega. Y el año 2018 apenas comenzó y ya está marcando su periplo con sangre, pero lo más tétrico de esta historia, es que según la madre de uno de los 3 abatidos la semana pasada en el Km. 11 Acaray de Ciudad del Este, es la propia Policía la que hizo el asalto, mató, se llevó la plata, incendiaron el vehículo, para no quedar pruebas y hacer de cuenta que ellos son los niños bonitos amparados por algunos medios que sacaron en portada que los volái eran los detectives y los finados los bandidos.

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