Premio Nobel para hipócritas

Es realmente una calamidad el tipo de autoridades que tenemos que aguantar en este bendito país, como por ejemplo el polémico ex fiscal Jalil Rachid, hijo del conocido politiquero Bader Rachid Lichi, alias “el turco”, quien fuera convertido en flamante viceministro de Seguridad, gracias a la “benevolencia” del presidente Cartes.
Es realmente una calamidad el tipo de autoridades que tenemos que aguantar en este bendito país, como por ejemplo el polémico ex fiscal Jalil Rachid, hijo del conocido politiquero Bader Rachid Lichi, alias “el turco”, quien fuera convertido en flamante viceministro de Seguridad, gracias a la “benevolencia” del presidente Cartes.

Es realmente una calamidad el tipo de autoridades que tenemos que aguantar en este bendito país, como por ejemplo el polémico ex fiscal Jalil Rachid, hijo del conocido politiquero Bader Rachid Lichi, alias “el turco”, quien fuera convertido en flamante viceministro de Seguridad, gracias a la “benevolencia” del presidente Cartes. Días pasados, saltó una nueva denuncia, presentada por los hermanos Emilio Ayala Urbieta y Luz Ayala Urbieta quienes aseguraron que Rachid favoreció a una correligionaria de su padre, Bader Rachid, en un caso de supuesta falsificación de firmas cuando era fiscal. Se trata de más una denuncia contra este fiscal, quien ganó fama y notoriedad por la “seudo investigación” realizada de la masacre de Curuguaty, en donde este apañó a los verdaderos responsables, encubrió a los mandantes de la matanza, que luego derivó en la destitución del presidente Fernando Lugo. Dicen que el titiritero de esta historia es hoy el presidente de la República. ¿Será posible?
Pero claro, algo de verdad debe de haber en esta historia, porque de otra forma no se explica que este impresentable sea nombrado nada menos que viceministro del Interior, un cargo de confianza adjudicado por el presidente Horacio Cartes, seguramente para
Compensar los servicios manipulados en la masacre de Curuguaty, según lo dijo el ex secretario del Interior, Aguayito.
Cómo un tipo sin experiencia, puede ser viceministro de Seguridad, que sólo entiende de caña, mentiras y egolatría, al menos, a juzgar por sus antecedentes, ya que prácticamente no tiene antecedentes positivos durante su gestión como agente fiscal, al contrario, desde que se inició, su historia está manchada por denuncias de irregularidades, actuaciones desprolijas y cuestionamientos severos a su capacidad como agente.

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