CIUDAD DEL ESTE (Salud Pública, por Carlos Roa) Un adagio que simultáneamente nos lleva a la realidad de ilusión también se vive y de amor también se muere. Es lo que el otro día el matutino Vanguardia publicó en grandes rasgos que Ciudad del Este necesita urgente un nuevo hospital, que venga de paquete con 400 camas en distintos servicios y por lo menos camas de UTI. Además que esté munido de funcionarios capacitados en cada sector y que haya 2000 funcionarios para cubrir la demanda las 24 horas, los 365 días del año y que no falten medicamentos, insumos, vacaciones para todo el personal médico al mismo tiempo, y para que la atención sea sin discriminación.
Antes que nada, los funcionarios que cubren el sector de secretaría tienen que ser afables, cordiales y competitivos y no estar simplemente para algunos negociados o maltratos para las personas que recurren a ese nosocomio, por problemas de salud, como el caso de Yamila Ferreira, una secretaria prepotente, petulante e indisciplinada para los que se acercan a preguntar si por acaso se puede hablar con el director para que de última se pueda conseguir algún alivio o remedio para apaciguar el dolor. Primero cuestiona para qué queres hablar con el, pero no es la directora, pero su petulancia le hace creer que tiene el rey en la barriga.
No solamente hay que tratar de hacer un nuevo hospital, sino depurar el funcionariado, aquellos que hace tiempo están ahí, hoy son ricachones de paquete, como las farmacias que pululan en el entorno del hospital que según las fuentes dicen, son los más beneficiados con los remedios que misteriosamente cruzan la supercarretera para luego retornar al hospital, pero ya facturados a aquellos pacientes pobres que desesperados buscan comprar algún remedio para dar alivio a sus dolencias.
De acuerdo a los datos, el centro asistencial recibe a más de 500 pacientes por día y el edificio resulta chico para esa cantidad de personas. Actualmente, sólo hay 98 camas en todas las dependencias, pero al menos se necesitan 400 para dar abasto a las necesidades. Hace años venimos esperando el cumplimiento de una promesa de la construcción de un nuevo hospital regional, con infraestructura suficiente para suplir la creciente demanda. Sin embargo, esta promesa ya existe desde el año pasado, ya que Itaipu supuestamente va invertir unos 7 millones de dólares en el hospital regional, y lo más atractivo de esta historieta es que ellos van a invertir encima de una propiedad que parece más un bañado, por la antigüedad del predio, que ya está totalmente deteriorado y construir de nuevo allí sería como lavarse el culo y seguir cagando. Lo que necesitamos es un nuevo hospital, totalmente nuevo, y en tanto usar este mausoleo hospitalario que tenemos, sobre la supercarretera, en cercanías del barrio Santa Ana. Por eso comenzamos diciendo que de ilusión también se vive y de tener el hospital nuevo también se muere. Ah, no era así, pero parecido. Estos granujas ponen millones de dólares como epítetos de titulares de medios, simplemente para morfarse, comprarse estancias, vehículos de alta gama, paseos en hoteles donde el single cuesta 5 mil dólares en Dubai y llevan toda la familia, empleadas, hijas, amantes y hasta los caniches, ¿cuánto saldría por día? Y bueno, estamos en Paraguay, donde la ciudadanía todavía es cobarde y gallina, porque si fuese en otros países, la gente estaría cerrando las calles hasta que estos granujas se vayan a la cárcel. ¡Amén!