UN PAÍS DONDE EL POBRE ALIMENTA A LOS PODEROSOS

 

PODERES ECONÓMICO POLÍTICO Y PÚBLICO APLASTAN AL CIUDADANO

CIUDAD DEL ESTE (Por Carlos Roa) Este es el país donde el pobre debe alimentar al rico. Donde los políticos se sirven del ciudadano, que sólo sirve como pH (papel higiénico) descartable en los tiempos comiciales. Lo peor de todo es que estos políticos, que se enriquecieron gracias a sus cargos y sus funciones como supuestos servidores del pueblo, tienen todos causas pendientes en la justicia, sin embargo, gracias a la tremenda impunidad, todos gozan de libertad, de medidas alternativas, etc. Ahora bien, por poder económico entendemos que en un marco donde una minoría de capitalistas son los propietarios del capital, a aquel poder que crea el capital. A través de este poder, mediante la disposición de los recursos los propietarios de los medios de producción (capital) deciden qué producir y a quién emplear. A través de sus decisiones de inversión pueden, en buena medida, fijar el rumbo del desarrollo social. De esta manera, la gama de bienes que los capitalistas pueden consumir es mucho más amplia que la de los no propietarios.

Poder político es la lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un sistema de gobierno. Generalmente, éste influye en el comportamiento, ya sea en pensamiento o en el actuar de una sociedad. Y el poder público es un término utilizado en ciencias políticas para designar al conjunto de los poderes del Estado, especialmente en su dimensión.  En el sentido abstracto de la expresión, se entiende poder como la facultad de mandar y ser obedecido, y público como actividad del Estado. Poder público es la capacidad que tiene el estado para obligar a alguien a realizar un acto determinado. El poder público es necesario para el funcionamiento de grupos sociales que confluyen en un espacio físico cualquiera. Y finalmente el ciudadano, que es toda persona considerada como miembro activo de un estado titular de derechos civiles y políticos y sometido a sus leyes.

En el Paraguay, es el ciudadano que le da de comer a los políticos y los bandoleros del poder judicial, ya que los jueces y fiscales son los grandes cómplices de los saqueadores y vividores que están en el poder, pues son los que les otorgan la impunidad, tan necesaria para que éstos puedan seguir robando al sufrido pueblo paraguayo, que estoicamente vota, cada cinco años, en los mismos caraduras de siempre, y el único embretado es el ciudadano común, que vota por los que se presentan como los salvadores de la patria gua´u, pero al final, solo desean rapiñar los recursos que son del pueblo y deberían ser invertidos en más educación, salud, vivienda, empleo digno y otros ítems que deberían beneficiar a la ciudadanía.

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