NACIONALES (por Carlos Roa) Un emocionado Santiago Peña anunció el envío de 40 camiones con más de 300 toneladas de ayuda humanitaria para el Brasil que, como todos sabemos la región de Río Grande do Sul se encuentra atravesando terribles inundaciones, entre lo enviado se incluyen 1.000 colchones, 1.000 frazadas, 3.000 unidades de bolsas de basura y 500 kits de higiene —con champú, crema dental, cepillo, jabón y toallas—, además de alimentos, mantas y abrigos. La entrega se produjo por vía terrestre, a través del puente internacional de la Amistad,
“Desde Paraguay, enviamos todo nuestro apoyo y fuerza a los hermanos brasileros. Juntos, superaremos esta situación con solidaridad y unidad”, dijo en un comunicado el presidente.
Mientras tanto en redes sociales no pararon las críticas, sobre todo porque sabemos la gran necesidad que atraviesa nuestra gente, en este momento el departamento de Ñeembucú se encuentra en una situación similar debido también a inundaciones.. a esto se suma la pobreza general a nivel país, donde varios municipios han habilitado canchas y otros predios para disponer provisoriamente como albergues debido a la gran ola de frío nos afecta a todos.
No podemos olvidar por supuesto la imagen en cada semáforo del país donde se encuentran niños principalmente de comunidades indígenas mendigando, viviendo en la plazas en precarias carpas y ni qué decir los helados albergues que se encuentran alrededor de varios hospitales públicos donde familiares de pacientes que se encuentran internados permanecen atentos a los pedidos de los médicos para poder proveer de lo que haga falta para el bienestar de su familiar mientras ellos mismos pasan penurias en el frío y la lluvia.
Entonces, por casa cómo andamos?? Cuál es la necesidad de hacer buena letra con Brasil, mal llamados “hermanos brasileños” que no dudan en invadir nuestras tierras, ocupar puestos de empleos en Paraguay, utilizar todos los recursos que nuestro país disponga y que sobre todo cuenta con la suficiente capacidad para ayudar ellos mismos a sus ciudadanos.. mientras acá miran para otro lado la necesidad de quienes sí son verdaderamente sus hermanos, otros paraguayos abandonados en la desidia de nuestros hipócritas gobernantes, todo bien, todo lindo, pero la caridad empieza por casa.
