CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) El 30 de julio de cada año festejamos el día de la amistad y el día 1 de agosto los profesionales del derecho, celebramos con júbilo el Día del Abogado; pensamos que estas fechas no sólo deben ser símbolos emblemáticos para recordar cada año, sino reflexionar sobre los principios, derechos y garantías que tiene el ser humano, las que debemos enarbolar los universitarios, estudiantes y ciudadanos en general para la restauración y la vigencia de la moralidad política en nuestra patria. Cada día denunciamos hechos arbitrarios, irregularidades, actos de corrupción, comisión de ilícitos, robos, asesinatos, atropellos, inequidades así como la impunidad, de tales hechos a la que nos vamos acostumbrando paulatinamente.
Estamos lejos de asumir un rol protagónico en defensa de las instituciones republicanas que radica en el acatamiento de la Constitución y de las Leyes. Es hora que todos los universitarios de las diferentes profesiones, estudiantes y ciudadanos en general, tomemos conciencia de la realidad que vive nuestro pueblo y asumamos nuestro rol como ciudadanos para exigir y ser protagonistas de la transformación institucional de la República. Ella sólo vendrá con la moralización política, hoy relajada a su máxima expresión para restaurar los valores y principios que nos legaron nuestros ancestros, como diría el sabio Moisés Bertoni “El Karai guaraní, era un hombre honrado, honesto y bueno, en el Paraguay no existía ladrones, delitos ni delincuentes y se vivía en paz. Tanta distancia existe de lo que fue antes nuestra raza y lo que vivimos hoy.” Los abogados en especial, somos los más comprometidos con la patria para luchar por la independencia de la justicia, que es el único medio para instaurar una verdadera República y combatir todos los males que nos aquejan. Lo más grave que nos pasa, no es la pobreza ni la miseria de los desposeídos, que no es otra cosa sino la miseria del espíritu, de la pérdida de la ética y la moral política de nuestros gobernantes.
La peor enfermedad que puede tener un pueblo que lo degrada y lo envilece es el amor a la codicia, al dinero fácil, la corrupción, la impunidad y el desprecio al otro y la falta de amor a la patria. Es hora que todos los paraguayos exijamos que se cumpla la Constitución y las leyes y que comprendamos todos, que las reivindicaciones no se logran solo denunciando, sino con acciones positivas y constructivas para que nuestros gobernantes sancionen leyes apropiadas conforme a la Constitución y no en violación de ella; y en tal sentido debemos exigir que se apruebe el proyecto de ley que modifica la ley N° 3759/09 que regula funcionamiento de El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, porque es ésta el instrumento utilizado hoy día, (una ley inconstitucional) por la que se maneja la justicia por la clase política y los factores de poder de hecho que violentan la independencia de los jueces y de la justicia en perjuicio de los ciudadanos de toda la República.
