CIUDAD DEL ESTE (Nacionales, por Redacción) El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, anunció este jueves que las celebraciones del 8 de diciembre se harán a puertas cerradas sin fieles, y con transmisión virtual, dadas las condiciones por la pandemia del Covid-19. Mientras tanto en redes sociales feligreses de todo el país repudian estas decisiones, cuando se sabe perfectamente que otras actividades de menor interés o de menor importancia están permitidos, lanzan ideas como no aportar a iglesias donde los obispos y sacerdotes se presten a las normas que parten de parte del gobierno y atentan directamente contrala iglesia católica.
Así es como se sienten los feligreses de todo el país como si esto fuese un verdadero atentado, hay cabida para el futbol, se permite la aglomeración con bebidas alcohólicas muchas cosas no se miran, pero a los católicos los tienen en la mira.
«Los obispos del Paraguay invitamos a celebrar la festividad del 8 de diciembre todos unidos, pero desde nuestras comunidades. Hoy Paraguay es Caacupé. Hemos decidido celebrar la misa sin fieles y pedimos que nos acompañen por las diferentes vías», dijo el monseñor en conferencia de prensa este jueves.
Señaló que por motivo de la aglomeración se decidió desde la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) que se celebren las misas del novenario sin la presencia de fieles.
«Pedimos a la gente que participe de las celebraciones por el Día de la Virgen de Caacupé en sus respectivas diócesis, parroquias e iglesias», indicó. «Queremos evitar que el Santuario no sea un lugar de contagio masivo», afirmó el monseñor ante la posibilidad de la concurrencia masiva que caracteriza a esta festividad religiosa.
Igualmente se decidió que el Tupasy Ykua permanezca cerrado, dada la aglomeración de personas que se observó durante este fin de semana.
El Ministerio de Salud había presentado días atrás un protocolo especial para el Día de la Virgen de Caacupé, donde las personas debían anotarse para participar de las misas del novenario, así como de las peregrinaciones tradicionales, pero desde el día jueves se volvió oficial que las misas de Caacupé quedan suspendidas hasta nuevo aviso. Mientras tanto ya se habilitó el protocolo para San Bernardino y otros balnearios, cada fin de semana se denuncia por redes sociales las aglomeraciones con bebidas alcohólicas y trifulcas de por medio, eso está permitido, sólo la celebración cristiana es la que está prohibida.
La comunidad cristiana exige que las autoridades justifiquen estas decisiones y que si se va a prohibir la festividad religiosa entonces se llame a cuarentena total o lo más obvio que se prohíba también las actividades de recreación que promueven el consumo de alcohol terminando en peleas y escándalos.