CIUDAD DEL ESTE (historia de un tartufo, por Carlos Roa) El conocido y polémico ñembo ministro Emilio Fuster, ex bancario y ex fiscal, con antecedentes no muy buenos, donde ya se movía en las tenebrosas pisadas de la mafia. Por arte de magia o por sinverguencía este señor afiliado al partido Partido Democrático Progresista PDP, propiedad de la senadora Filicóptera Desiree Masi y su marido, Rafael Filizzola, que dieron amparo a este mequetrefe y hoy se desliza por el país atropellando aduanas, haciendo intervenciones incorrectas, incautadas mercaderías legales con supuestas ínfulas de contrabando y dejando al país en jaque de pagar por sus bravuconadas millonarias sumas, alvejando a funcionarios públicos de carrera que van injustamente a la cárcel por un motivo en el cual no puede ser demostrado, porque no existen las pruebas necesarias y contundentes, en el caso de los aduaneros que fueron enviados a la penitenciaría regional de CDE, Braulio ……, Miguel…….., y otros, además dos marinos que estaban custodiando el paso, fueron enviados a Viñas Cue, donde supuestamente habrá un castigo, pero hoy deben ser liberados ya nomás, y bajo las órdenes del director de aduanas Julio Fernández, que por fin se paró frente al lobo malo.
Dicen las fuentes que este cuando trabajaba en el BNF era un funcionario a quien todos miraban y señalaban, porque hacía trabajos oscuros y fue allí que conoció a Germán Zonetti, y hablando con la filicóptera senadora, este le puso como jefe de la COIA, donde ellos trabajan de esta manera; el que no le agrada, perjudiquémoslo de cualquier manera, este siempre fue prepotente, altanero, por los cargos que tiene, y un día soñó con ser director general de aduanas y poder manejar a gusto y paladar el contrabando de todos los amigos y que son parte de la UIP Unión Industrial Paraguaya. Y con sus bravuconadas y atropellos, sin orden de allanamiento, pagando a medios para hacer burum bum bum, quería mostrarle a Marito que Jullito no estaba haciendo bien su trabajo. Y no era porque así lo fuere, sino había sido él quería el cargo de director de Aduanas. Y ahí se ve el cinismo y el tartufismo (hipócrita y falso), nombre de la operación a quién el mismo bautizó por su personalidad vanidosa y petulante.