CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) Una triste verdad dicha y representada por el diputado mexicano Antonio García Conejo, cuando llegó al Congreso, comenzó a sacarse las ropas entre diputadas diputados empezaron a ovacionarlo, qué es esto? Y él respondió de ésta manera: “Te avergüenzas de verme desnudo piko, pero no te avergüenzas de verte en las calles a tu gente desnuda, sin zapatos, desesperada, desempleada y hambrienta después de robarles todos sus bienes, pero sobre todo el futuro”. Es así más o menos la realidad de nuestro país, cuando llega el día de las votaciones. Y vayamos a Nenecho, un personaje traído de la nefasta programación Calle 7 y luego al Conejo, donde por tener un carilindo los colo´o buscaron justamente colocarlo en la arena política porque saben que las mujeres paraguayas se derriten por los patovicas carilindos y de nada sirve decirle que éste no sirve para nada, ellas responden “yo voy a votar por él porque es churrito”.
Este imprestable ciudadano paraguayo oriundo de la ciudad de Caacupé, que vivía en Lambaré, se presentó y ganó en Asunción la intendencia. Hoy día es conocido como Nenéecho detergente, porque pagó la suma 400 mil guaraníes ndaje, porque era franzua ndaje. Pero lo más simpático es que no se sabe dónde está el detergente, supuestamente se donó pero no dice dónde se envasó y no hay justificativas. Compran al precio que les gusta, cómo va ser el estado para recuperar la plata, si poco le importa el paraguayo común? Para que puedas tener una venia pueda tener un apellido medio raro o chuchi, como por ejemplo Charly Steven Ross, sin embargo Carlos Esteban Roa es simplemente un periodista condenado por decir la verdad, en querellas del director de Aduana, pero si era el otro, dirían que soy un actor de Hollywood y me pondrían en cartelera, con un sueldo de 25 millones en el congreso. Si fuésemos por lo menos una ciudadela de África, donde también abundan los diamantes, hasta vaya y pase, pero tenemos Itaipu, Yacyretá, yacimientos de oro y una tierra que cuando pasa un brasileño escupe y hasta nacen sojales, porrotos, trigales, y otras yerbas pero el paraguayo si se sienta y defeca no crece, porque no le dan los abonos correspondientes o no hay un banco para darles los préstamos para comprar tractores y darle duro y hagan de su país la capital del agronegocio. Y tiene razón este mexicano Conejo, y en síntesis lo que hay que hacer es ponerle a cada parlamentario paraguayo en el trasero la comida que más le gusta al conejo, la zanahoria!!!