CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, por Redacción) Siempre me llamó la atención cómo es posible que personas sin brazos quieran tanto tocar la guitarra.. pero más aún me sorprende que logren hacerlo, personas sin piernas corriendo maratones o destacando en algún deporte donde es fundamental tener piernas, qué les pasa?? Y es que el ser humano siempre quiere lo que no puede, o lo que le dicen que no va a poder, estas personas con alguna discapacidad física o intelectual generalmente son las más guerreras y fuertes, no se dejan abatir, esos que desde la cuna fueron señalados como que no van a poder son los que logran mucho más que aquellos que están al cien por ciento en sus capacidades. A continuación compartimos con ustedes el relato de un internauta que aunque sean tanto el autor como el protagonista unos totales desconocidos nos inflan de orgullo como si de un mérito propio se tratara.
Estaba haciendo fila en el metro cuando me topé con este señor, venía de algún lado y su expresión reflejaba que le había ido bien su caja se notaba que estaba vacía.
Era el primero de la fila subió y se quedó quieto a un costado iba contando las parada el no veía nada y solo sabía que cada que el metro se detenía alguien se baja.
Llego hasta su parada fue el único que pedía permiso para bajar. Algo que se ha perdido igual que el saludar.
Salió de la estación y pidió que le dijeran si venia la ruta 172, se subió y como si estuviera viendo busco el asiento hasta ese momento yo era el acompañante invisible. Según yo lo iba ayudar para dirigirlo, me quede con las ganas ya que él nunca lo necesito.
No pedía nada venía contento de su labor de vender no sé que.
Durante el trayecto lo único que pregunto fue ¿por dónde vamos? Le dije que por el IESS. Respondió que faltaba poco para quedarse y que le dijera cuando llegáramos a la entrada de Los Helechos.
Se bajo, y se fue caminando con ese bastón de metal. ¿De dónde venía? No lo sé. Se había ganado el día sin lamentos, sin drama y dando gracias a la vida.
No tiene el sentido de la vista, pero le sobra las ganas para salir adelante. Mientras que los mal llamados “normales” hasta nos estresamos cuando se nos terminan los megas o no tenemos para el internet.
Una lección de vida de un héroe que sale todos los días, sin ver, pero con los ojos de la pasión por vivir y las ganas de llevar el alimento diario es más fuerte que cualquier mirada.
La próxima vez que me queje me acordaré de este señor, un héroe de verdad. Un héroe que nos enseña todo lo que tenemos a favor y aún así nos quejamos.