NACIONALES (actualidad) Impulsando los programas de reinserción social y laboral en las penitenciarías de todo el país, el Ministerio de Justicia brinda oportunidad laboral a ocho personas privadas de libertad (PPL) en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. Los mismos trabajan allí en un taller de marroquinería, en donde están manufacturando productos de marketing empresarial de alta gama forrados en cuero. Varias empresas privadas ya apuestan por la mano de obra penitenciaria.
El taller de marroquinería fue creado con el objetivo de que las PPL sean personas productivas y manejen su negocio al salir en libertad. La calidad de los productos de la penitenciaría de Tacumbú difiere del resto, señalan desde la institución.
Listos para entregarse se enfilan termos personalizados revestidos en cuero genuino tipo nonato, cuero curtido vaqueta, cuero gamuzado y símil cuero de primera línea, con logotipos bordados, dobles argollas y manijas de agarre. La venta llegó a rebasar 150 unidades, aunque actualmente hay menor volumen.
Otros trabajos favoritos son las carpetas de cuero porta documentos para choferes de camiones, hechas a medida para tener a mano los papeles del conductor.
Trabajo desde las 5:00 hasta las 18:00
Se observa una fuerte inversión en máquinas de coser industriales, bordadoras y computadoras de diseño que se ponen a andar, desde las 5:00 hasta las 18:00.
El líder del emprendimiento es Julio César Agüero de 52 años, un interno emprendedor pujante que aprendió el oficio de otros internos y se viene posicionando en el negocio con su staff laboral.
En función de tan buenos resultados en venta, la empresa Paola Comercial, está apostando a la comercialización de estos productos penitenciarios. La firma de Paola y Carlos López es una compañía ubicada sobre la ruta Transchaco, en el corazón de la ciudad de Mariano Roque Alonso, abocada a ramos generales en el rubro ganadero. Los favoritos son los sets de termos, que se agotan en ventas en pocos días.
Reinserción social se concretó
La reinserción social se concretó ya con varias personas que han salido en libertad. Hoy, reconocido por todos en el penal, Julio César Agüero dejó atrás el mundo de la criminalidad que le costó una condena de 20 años por tráfico de drogas y la pérdida de 22 años de servicio como policía, así como el alejamiento de sus muchos amigos de juventud de su ciudad natal, Altos, en Cordillera.
En contrapartida, su esposa y cuatro hijos le han acompañado en estos diez años de reclusión. Intramuros, también acumuló conocimientos en refrigeración y electricidad con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) como programa del Ministerio de Justicia.
Las ventas le proporcionan un ingreso para solventar sus gastos y ayudar a la familia, mientras que la proyección del negocio augura firmemente un trabajo ventajoso e independiente. Para los pedidos se pueden contactar al número telefónico 0984 363793.