Mitos sobre las bombillas de bajo consumo
¿Resultan peligrosas las bombillas de bajo consumo? ¿Son de peor calidad estas lámparas fluorescentes compactas? ¿Están diseñadas para que duren poco? ¿Son más eficientes las más modernas LED? Los exhaustivos análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) rompen algunas falsas creencias en torno a las lámparas de bajo consumo. “Demostramos que no son ciertos algunos mitos que circulan sobre estas bombillas”, asegura Belén Ramos, responsable del área de Medio Ambiente de la organización.
Descartadas las tradicionales incandescentes, la elección de una bombilla está entre tres tipos diferentes: fluorescentes, halógenas o LED. Además, de las fluorescentes, están las que tienen forma de tubo alargado y las compactas más pequeñas, llamadas de bajo consumo. Los análisis químicos, de resistencia y de eficiencia energética efectuados para el último estudio de la OCU (sólo accesible a sus socios) concluyen que entre todas estas lámparas las mejores desde un punto de vista ambiental son, hoy en día, las de bajo consumo. Aunque tampoco son recomendables para cualquier sitio, como los lugares fríos (algunos garajes) o donde vayan a encenderse y apagarse muchas veces (pasillos de comunidades).
-¿Cuál es la composición química de estas lámparas?
A menudo se alerta del alto contenido en estas bombillas de mercurio y otros metales que pueden resultar tóxicos. Para estudiar su composición química, los distintos componentes de las lámparas fueron analizados en el laboratorio. Los resultados muestran que el vidrio, los circuitos y el plástico representan, por este orden, el 86% de los materiales de las bombillas. El resto son metales
como aluminio, cobre, hierro, níquel, zinc… O materiales raros como Erbio, Europio, Terbio o Yterbio (raros y difíciles de conseguir, lo que aumenta el impacto ambiental de las lámparas). En lo que respecta a los metales que pueden resultar más dañinos para la salud, la legislación ha fijado un nuevo límite para elplomo del 0,2%. Los análisis detectaron niveles superiores en tres modelos(1). No obstante, la OCU considera que se puede endurecer mucho más la norma, pues los porcentajes encontrados en la mayoría de las lámparas eran inferiores al 0,05%. Con elmercurio, la legislación permite un máximo de 5 mg (la centésima parte de lo que llevaban los termómetros de mercurio), pero todas mostraron cantidades muy inferiores, la gran mayoría incluso por debajo de los 3,5 mg, que es el próximo tope fijado para el año 2012.
El examen realizado también incide en cómo el peso varía mucho en función de cada lámpara: las que tienen forma de globo o pera necesitan el doble de material que las de espiral para producir la misma luz. Por ello, la OCU considera ambientalmente más recomendables las que tienen forma de espiral. “También vemos que las de bajo consumo son mejores que las LED, pues estas tienen una composición más compleja y, hoy por hoy, son más difíciles de reciclar”, destaca Ramos.
-¿Son peligrosas las bombillas de bajo consumo?
A pesar de contener mercurio gaseoso, la OCU no considera peligrosas estas lámparas, pues sus técnicos no han detectado pérdidas durante su funcionamiento. “El mercurio solo es un problema si la bombilla se tira al cubo de basura en lugar de llevarla a reciclar o si se rompe de forma accidental”, incide Ramos.
Eso sí, en caso de rotura en casa, esta organización recomienda seguir los siguientes pasos: 1. Vaciar de gente la habitación y dejar una ventana abierta durante unos 10 minutos (apagar el aire acondicionado si está puesto). 2. Recoger los restos de la bombilla con un trozo de cartón o una toallita húmeda en lugar de la escoba o la aspiradora. 3. Meter los restos en una bolsa, junto al cartón y la toallita utilizados, y llevarlos a un punto limpio, donde se recojan fluorescentes para su reciclaje.
-¿Son de peor calidad estas bombillas?
El estudio realiza también una clasificación de las prestaciones de 26 modelos de bombillas de bajo consumo(2), destacando la fiabilidad que muestran hoy en día estas lámparas. Con todo, entre sus limitaciones, se incide en el tiempo que tardan algunas en alcanzar su máxima intensidad o en la reducción de su rendimiento en lugares donde puede bajar mucho la temperatura.