Una vez más la ciudadanía paraguaya se desatinó al depositar su voto a un empresario que parecía ser el correcto para que éste país pueda salir de un estado calamitoso de corrupción e impunidad. Donde desde un inicio tendría que ser saneada todas las instituciones públicas y no seguir y seguir con el planillerismo, el chonguismo, el amiguismo o el cuoteo político, y otros artilugios como el caso de la Fonsek de Yacyreta.
No existe el respeto al ciudadano, cometen todo tipo de delitos, vaciamiento, venden brazos del río, todo bajo la mirada cómplice del number one, Horacio Cartes. En los primeros días los ciudadanos paraguayos elevaron su mirada al cielo con la esperanza que habría un nuevo rumbo, sin embargo, la realidad hoy vemos en la estratosfera, es una galaxia de sin – vergüenzas, politiqueros, vividores, sanguijuelas y hasta el propio diablo tiene miedo de que los ciudadanos paraguayos envíen a su presidente al infierno. Esto sería una toma de poder o golpe de Estado al demonio, manifestó San Pedro.