TENDENCIA (Reflexión, tomada de la red) “A mis hermanos los quiere más que a mí” Fue un pensamiento que cruzó muchas veces por mi mente, mis hermanos vivían fuera, debido a sus estudios y solo venían el fin de semana e incluso a veces no venían, sentí muchas veces que mi mamá los quería más que al resto por un detalle tonto, pero que para mis ojos era la prueba infalible del favoritismo que hacía por mis hermanos. El Domingo que era el día que mis hermanos regresaban a la ciudad mi madre los despedía con una comida especial, había muchas carencias en mi casa así que comer carne, de la que fuera, era un lujo, no se comía carne más que el día que ellos venían, el resto de la semana sobrevivíamos con plantas comestibles y huevos de las gallinas caseras y algunas otras verduras cultivadas en el huerto de la casa, pero la carne estaba reservada para agradar a mis hermanos, y si no había para comprarla se sacrificaba alguna ave casera que había sido criada con el propósito de alimentarnos.
Me tomó años entender a mi madre, cuando mi primer hijo dejó nuestra casa para irse lejos a estudiar a la universidad, supe lo que era estar preocupada si mi hijo había tenido algo que comer, si habría pasado hambre, si habría tenido que comer lo que encontró, cada que vuelve a casa preparo su comida favorita porque mientras mis otros hijos me tienen todo el tiempo para estar al pendiente de ellos, al que está lejos solo puedo asegurarme que coma el día que esta aquí, y ahora sé porque el Domingo que volvían a su escuela era el día que mi mamá se esmeraba más, era simplemente para poderles echar un plato extra, si había oportunidad, ya que eran los únicos días que podía asegurarse que sus hijos comieran bien, los otros días vivía con la zozobra de cómo estarían? También entiendo porque ese día se comía carne, porque como madre no iba a disfrutar algo que era un lujo, si no lo compartía por igual con todos sus hijos, hoy entiendo que el verdadero lujo de las cosas, reside en poderlas compartir con quienes más amamos. Sin duda, La vida me puso en mi lugar y me dio una lección, hoy me arrepiento de haber pensado tanta tontería y lamento no tener a mi madre para pedirle perdón por creer que quería a mis hermanos más.
La vida tarde o temprano nos hace entender nuestros errores, de eso, no les quepa dudas. Muchas veces creemos que se nos quiere menos porque solo vemos con ojos de hijos, para entender lo que los padres hacen por sus hijos muchas veces hay que estar en su lugar.
La próxima vez que pienses como muchas veces pensé yo, que a algún hermano se le quiere más, trata de ver a tu hermano con ojos de padre, porque quizá no sea como piensas….Ahora sé que a los hijos se les quiere igual, pero se preocupa uno del que ocupa más…
