TENDENCIA (reflexión, por Charly Friend) Ya no te quiero como antes, eso es cierto. Esa etapa de pulsaciones disparadas, de mariposas en el estómago, donde cada canción de amor parecía hablarme de ti, ya pasó, no es un secreto. Te veo, y sí, algo vibra, pero ya no me convierto en un semáforo en rojo, un tomate.
Ya no te quiero con esa fiebre, esa inocencia de quien descubre el amor por primera vez, esa locura, ese primer vuelo ciego del que se enamora. Cartitas, corazoncitos en el borde de la hoja, hablar hasta el amanecer, hasta que se nos secara la garganta, como si el mundo fuera solo nosotros dos.
Ya no te quiero como antes, así, como al inicio, con esa urgencia por descubrirnos, por devorarnos el uno al otro, como si el mundo fuera a acabarse mañana.
Ya no te quiero como antes, pero no, no te quiero menos.
Ahora te quiero de verdad, con todo el peso que eso conlleva. Te quiero completo, con todo lo que implica. Sin idealizaciones, sin pedestales. No como antes. Antes pensaba que lo que sentía era amor. Y lo era, pero solo una parte. Ahora veo que el amor es mucho más.
Ya no te quiero con esa locura ciega. Ahora te quiero con los ojos bien abiertos, viendo tus defectos, tus manías, tus días malos. Te quiero así, con lo bueno y lo malo. Sin vendas en los ojos, aceptando que dejas los calcetines fuera de su sitio, que no siempre quieres conversar porque no tuviste un buen día, y sin jugar a quién quiere más al otro.
Te quiero en tu realidad, en tu presente, en este preciso instante. No te quiero como antes, no como una adolescente con un flechazo, sino como una mujer que ve todo lo que eres y, aún así, se queda no por costumbre, sino por elección. No te quiero como antes, te quiero en tu totalidad. Porque el amor verdadero ve todo eso y aún así decide amar.
Te quiero desde la belleza en lo cotidiano, desde un amor que no necesita de constantes demostraciones extravagantes, porque se nutre de los pequeños gestos de cariño, de los silencios más cómodos, desde la tranquilidad de saber que estás allí para mí.