Funcionarios públicos estereotipos holgazanes
Se conoce con el nombre de estereotipo a la percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que comparten ciertas características, cualidades y habilidades, y que buscan «justificar o racionalizar una cierta conducta en relación a determinada categoría social». En el caso de los funcionarios públicos, estos tienen el estereotipo de holgazanes, porque en Paraguay, éstos no quieren trabajar, incluso los funcionarios del poder judicial tienen la ventaja de trabajar apenas 6 horas.
En el Palacio de Justicia, se pasan comprando comida, chateando, en las redes sociales, o haciendo lobby laboral, hablando de novelas, o cualquier vyrorei, pero no cumplen con su trabajo a cabalidad. Hay desorden en las oficinas. En los hospitales públicos éstos llegan atrasados, se retiran antes de la hora, y en muchos casos los pacientes madrugan para sacar un numerito para ser atendidos, y allá por las 9 de la mañana, la enfermera comunica que el médico no podrá venir porque se fue de vacaciones o simplemente se fue a hacerle hurra a ña Sandra para que no se la raje de la muni.
En las municipalidades, uno acude y es lo mismo que en tribunales, las secretarias chateando, desayunando a las 10 de la mañana o tomando tereré, son los prototipos holgazanes del funcionariado público. No tenemos que dejar de hablar de los estereotipos diputados y senadores, como aquellos hurreros, asesores del gobierno y sus secuaces estereotipos holgazanes que sólo se empeñan de buscar cómo sacarle el jugo o ventaja a las arcas del estado, producidas por la ciudadanía que paga sus tributos. Todo esto por culpa de la impunidad que le da luz verde a la corrupción, donde ministros de la corte suprema, jueces, fiscales, asistentes, abogados, ujieres y otros son los estereotipos holgazanes que tenemos en nuestro país, que trabajan sin hacer nada, pero si se pasan cobrando y muchos de ellos abultados sueldos porque mi paíno es el presidente.