NUEVOS PRESOS POLÍTICOS EN PARAGUAY
CIUDAD DEL ESTE. En un sube y baja de malandros y malandrines de nuestra política paraguaya, donde hoy el tema es impulsado por algunos monigotes del partido Colorado, con rótulos de referentes, asesores, puntines, consejeros, convencionales, en fin, una jauría de haraganes vividores aduladores de un gobernante que pretende perpetuarse en el poder. Y que tal vez tenga ínfulas de Alfredo tembelo Stroessner, en este caso sería el tembelo junior Horacio Cartes, buscando violar la Constitución Nacional a como dé lugar para incluir la figura de la reelección presidencial. Sin embargo, esto riñe contra La Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de septiembre de 2001, en Lima, Perú.
La Carta Democrática es un instrumento que proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática, al establecer que la ruptura del orden democrático o su alteración, que afecte gravemente el orden democrático en un Estado (País) miembro, constituye “un obstáculo insuperable” para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA.
La Carta Interamericana implica el compromiso de los gobernantes de cada país con la democracia teniendo como base el reconocimiento de la dignidad humana. Y es esto lo que Cartes y sus adulones vividores buscan romper a como dé lugar, a platazo limpio o incluso apresando a opositores, como el caso de Paraguayo Cubas, Celso Miranda y otros que hoy están en prisiones de seguridad máxima Emboscada y la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, es decir, son presos políticos, sin derechos ni condiciones, simplemente por protestar contra la corrupción imperante y excesiva en nuestro país, donde el juez Pablino Escobar y la fiscal Stella Maris Cano torcieron todas las leyes y hasta amenazan con una expectativa de pena de prisión de 10 años, para intimidar a Payo y su grupo y así evitar que otros quieran emular su ejemplo. La investigación contra Paraguayo Cubas y los otros detenidos es por los supuestos delitos de perturbación de la paz pública, resistencia y daños a cosas de interés común. Sin embargo los acusados no cometieron ninguno de estos delitos, sino apenas el delito más grave contra este gobierno, denunciar la corrupción.
Volviendo a la Carta Democrática, en lo histórico, recoge los aportes de la carta de la OEA. En lo sociológico, expresa la demanda de los pueblos de América por el derecho a la democracia y en lo jurídico, aunque se trate de una resolución y no de un tratado, es claro que no es una resolución cualquiera, porque fue expedida como herramienta de actualización e interpretación de la Carta Fundacional de la OEA, dentro del espíritu del desarrollo progresivo del derecho internacional. En esta situación, Paraguay podría ser expulsado de la OEA, quedando huérfano de tratados, acuerdos y alianzas internacionales, por culpa de un presidente megalómano.