CIUDAD DEL ESTE. La gráfica es elocuente, el divagaje del hombre, que hoy día ya es una sicosis carnal de que su miembro tiene que ser grande como un tronco para romper la estepa salvaje para ir abriendo surcos en las praderas desnudas de una entrepierna, conocida como vulvita en otros casos, empanadita y otros artilugios que hace que el hombre pueda construir su castillo de arena. Muchas veces pensando que la que que está en la posición sería una de las conejitas del programa el conejo, pero ellos no saben que en realidad la mujer que recibe se da cuenta que es una ramita quebrada y no un exuberante tronco. Es posible que hasta hoy día el tabu de los hombres y mujeres se analicen entre ellos; el hombre queriendo tener mucho mayor y la mujer pensando que el chiquito no le hace daño. Pero a todo esto se suma las fantasias, donde existe las posiciones hoy más utilizadas, como el grand canyon, juana de arco, bota ñemonde, de cuatriqui, bilú bilú, el famoso 69, el de amazonas, cuando la mujer monta su caballo y por último, el tradicional papá y mamá, que ya no tiene tanta euforia, porque después las tecnologías presentadas a la humanidad también las mentes criminales del sexo trasponen todas las barreras y stratosfera cuando algún depra – vado piensa como la quiero encastrar a una marciana.
Y en fin esto tiene que tener un fin, pero todo queda en manos de las mujeres donde ellas puedan salir a decir que el tamaño no es lo que interesa y sí la ginga del tronquito.
