CIUDAD DEL ESTE (Semblanza, por Carlos Roa) Una de las grandes historias de la humanidad ocurrida en Francia en el año 1789, donde el pueblo francés sufrió una de las catástrofes hambrunas más grandes, que sobrevoló el planeta, debido a la mala cosecha de trigo, esto perjudicó la fabricación del pan, único sustento alimenticio que tenían los más pobres y cuyo consumo diario era casi 10 veces mayor que el actual: por persona se consumían de 1 a 2 kilos. A esta infausta situación se le suma que, por falta de medios, los panaderos ya no daban créditos al pueblo para comprar el pan.
En tanto, la mirada del Rey megalómano y ególatra no llegaba a París, y desde Versailles continuaba imponiendo el pago de tasas e impuestos a sus conciudadanos. Para ingresar las bolsas de trigo del campo a la ciudad, los carruajes debían atravesar varios pueblos y en cada puente había una suerte de aduana a la que no sólo había que pagarle una especie de tributo, sino dejarle además un porcentaje del producto. Todo esto derivó en la afamada revolución francesa, que acabó con la caída de aquel rey y la instauración de la democracia en Francia y después en casi todo el mundo.
Hoy día en Paraguay, estaríamos llegando a la gran debacle de la revolución francesa, pero no por culpa de una mala cosecha de trigo, sino debido a la voracidad de los políticos, que se apropian del 90% de la producción, de los bienes y tributos del pueblo, mientras están hambreando al pueblo. Y los responsables de esta debacle tienen nombre y apellido, como ser Oscar González Daher, Zacarías Irún, Victor Bogado, Ibañez, Blas Llano, Horacio Cartes, Nicanor Duarte Frutos, José Alberto Alderete, y otros que saquearon a las arcas del estado y lo peor que algunos están de vacaciones en alguna cacerolita, pero con sus bienes bien guardaditos a nombre de testaferros o cualquier lugar del mundo. Y no existe una figura que diga que todo lo robado se tiene que decomisar y dejarlos en la calle estos grandes granujas sinvergüenzas y saqueadores paraguayos. Que se rotulan en el nombre de político$$.