CIUDAD DEL ESTE (judiciales, por Carlos Roa) Continúan los ajustes de cuenta entre parejas, como el caso publicado este lunes en varios medios donde la víctima Mirian Stefani Velozo, de 27 años, quien recibió una aluvión de socos de parte de su concu Robert Antonio Monges Cabral, mayor de edad. De acuerdo a los datos, ambos viven bajo un mismo techo en el barrio Sagrado Corazón de Pdte. Franco. Donde días pasados hubo una discusión por problemas particulares, algunos dicen que fue porque éste no le dejó ver la novela a la señora y por tal motivo este se pichó y se mandó mudar.
Lo raro es que éste individuo no volvió siquiera a dormir y así se pasaron unos 8 días, cuando éste tomó el coraje de venir, pasó por un almacen´i y le bajó unas rayas de petaca. Tomó coraje y fue a reclamar no se sabe qué, pero según cuenta la mala lengua este vino y quiso saber quién durmió con ella. Así de fácil como la otra dijo estás muy equivocado, no soy ninguna puta, este comenzó a propinarle socos, puntapiés y hasta estirones de cabello. Si esta denuncia cae en la unidad 10 de CDE a cargo de la asistente Olga Ramírez y la agente fiscal Stella Marys Ramírez a este le condenan a 80 años de prisión. Pero en este caso si se justificaría, ya que hay evidencias fotográficas de la feroz golpiza que ligó Mirian Stefani, sin embargo, en el otro caso no hay ningún rastro de violencia, pero aún así se empecinan en imputar al acusado y enviarlo a la cárcel a este señor, o sea pergueñan alguna cosa rara contra la vida de este denunciado, que mirando bien las cosas, no tiene nada que pagar en los estrados judiciales.
Porque tienen un caso de supuesta violencia familiar porque el tipo no es el concubino de la denunciante María. Y este por una discusión que ella no haya cumplido sus labores como empleada doméstica, esta no quiso retirarse, motivo por el cual le agarró del brazo y la sacó de la casa. Fue todo lo que ocurrió, pero en la Fiscalía lo tratan como si hubiese sido un despiadado maricón. Por eso, la fiscalía tiene que tomar sumo cuidado al investigar estos casos, para determinar que realmente hubo agresión o maltrato, y no sea un mero caso del famoso tatu pochy, donde la fémina recurre a la fiscalía o policía, con tal de perjudicar a su amante, que muchas veces la hizo viajar a las galaxias o la vía galáctica del placer.