HERNANDARIAS (judiciales) Una razón más que fustiga la vida, no solo de los hernandarienses, sino todos los paraguayos de este país, sobre el famoso control extorsivo de alcotest. Muy bien se sabe que la mayoría de los fines de semana conductores de motos, coches, camionetas, y hasta de triciclos conducen en estado etílico. Y cuando se topa con un control de alcotest salen a figuretear los asistentes del fiscal o la fiscala que está de turno, y allí entre dimes y diretes ocurre el famoso acuerdo del meñique entre ambos, jurás que me vas a pagar para que te deje pasar? Sí juro, dice el infractor. Juro que te voy a dar aunque sea un cien mil´i. y esta le responde nooo, 100 mil es poco, tenemos que dividir entre los policías, mis otros compas y también la o el fiscal que está a cargo.
Entonces salir a conducir en el Paraguay en estado alcohólico llevando por delante los derechos ajenos, cuando en un momento dado un peatón cruza una avenida, este se lleva por delante, porque el reflejo del borracho ya no es tan seguro. Por eso justamente los ciudadanos hernandarienses piden el fin de los controles extorsivos y que por primera vez se tome medidas severas, principalmente con esta fiscala, Natalia Montanía de Trinidad, que siempre se la vio en los callejones de la transa, así como su actual marido, el dipuchorro liberal Manuel Trinidad, que tiene secuelas y un largo historial delincuencial de coimas, acharques, y otras causas que si fueran en China, este hace tiempo ya era Trini Obito. Cuando se le publica, él trata de contratar a los famosos plomeros de la Policía de investigaciones, para mandar plomo al periodista que le molesta, como el caso de Carlos Esteban Roa de Noticia del Este, por publicar sus sin – verguenzías de este letradito parlamentario.
Pero la suerte de estos sin – vergüenzas kalifas es porque en Paraguay se puede todo. Y cuándo podría terminar este desbarajuste corruptivo, solo cuando dejemos de votar tanto por colorados como liberales.