CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, por Carlos Roa) La vida preguntó: “¿Qué es la amistad?”
La lealtad respondió que es no hablar mal de esa persona aunque no esté, mientras que el apego añadió que consiste en permanecer con ella en las buenas y en las malas. La sinceridad dijo que es hablar claro, sin mentiras, y el sentimiento comentó que se trata de reír juntos y llorar cuando se necesita. La confianza expresó que es saber que esa persona estará contigo, incluso con los ojos cerrados, mientras que la memoria señaló que es extrañarla cuando se va de viaje y alegrarte al volverla a ver.
El deseo opinó que la amistad es desear siempre su bienestar, el apoyo aseguró que es ofrecerle tu mano en los momentos más difíciles, y la paciencia declaró que es respirar profundo y tolerar sus errores. La traición, por su parte, exclamó que la amistad no la conoce, mientras que el perdón afirmó que es saber perdonar cuando es necesario. Finalmente, la muerte reflexionó que es quien te acompaña en vida, en enfermedad y en tu último aliento, y el amor concluyó que la amistad es, simplemente, querernos.
Mi mejor amigo es quien saca lo mejor de mí mismo. Los amigos son la familia que eliges. La amistad solo florece en el respeto mutuo y la sinceridad. La verdadera amistad se siente cuando el silencio entre dos personas resulta cómodo. El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia.
