El cinismo del nefasto “rey de la soja” Tranquilo Favero
Días pasados, se realizó una reunión interinstitucional en el distrito de Ñacunday, en donde unas 400 familias de campesinos sintierras están apostados hace años, reclamando un pedazo de tierra, actualmente todas ocupadas por el temible rey de la soja, Tranquilo Favero. Durante el encuentro, los carperos aceptaron ser reubicados, pero sólo si fuese en el Alto Paraná. Por otro lado, una vez más resaltó el cinismo del grupo Favero, ya que en un principio habían dicho de que cederían unas 500 hectáreas de tierras a los sintierras, incluso estuvo presente el nieto de Favero, Lucas Favero, quien en un arranque de cinismo, primeramente prometió en forma benévola “regalar tierras” a los carperos, sin embargo, esto luego fue desmentido por el leguleyo José Costas, uno de los esbirros del grupo Favero, quien señaló que entregar tierras a los campesinos paraguayos no le corresponde a la empresa, sino al Indert y al gobierno de Cartes.
Así las cosas, queda evidenciado nuevamente que no se está tratando de atacar la cuestión de fondo, que es la obtención ilegal e irregular de grandes porciones de tierras de parte del grupo Favero, o acaso todas esas propiedades en Ñacunday y otros puntos del décimo departamento, cómo las obtuvo? Todos saben que esas tierras fueron obtenidas a través de la extorsión y el chantaje, lo cual siempre fue cuestionado, pero el dinero malhabido de este brasileño caradura, denunciado hasta en su propio país por sus manejos arbitrarios en Paraguay, siempre pudo zafar de todas las acusaciones. Como lo dice él personalmente, cuando consultado si sabe hablar el guaraní, el mismo dice en forma sobradora y altanera que él no necesita saber hablar el idioma nativo, porque “tengo muchos deles en mi bolsillo”, en referencia al nombre de la moneda paraguaya, que es el guaraní.