Un pueblo ignorante es un pueblo sumiso, no pelea por sus derechos porque no sabe cuáles son, baja la cabeza y permite los azotes de los de arriba a cambio de migajas, compran con comida durante las campañas políticas pero se olvidan de que el hambre siempre vuelve. Niños que sueñan y anhelan lo que ven en sus dibujitos, la oportunidad de cambiar el mundo, de salir adelante, de simplemente poder trabajar en otro lugar que no sea la chacra familiar, compartimos con ustedes dos historias una al sur y otra al norte del país donde se refleja la realidad de cientos de niños llenos de esperanzas que deben luchar cada día contra la desilusión y contra el sistema.
Cómo hablan de medidas sanitarias, de clases virtuales y demás cuando ni siquiera pueden llegar en forma a la casa de estudios.
NENE FALTÓ A CLASE PORQUE NO HABÍA COLECTIVO Y SE QUEDÓ LLORANDO
ENCARNACIÓN (Enviado Especial) Más de dos horas esperó el pequeño en compañía de su mamá, pero el micro no pasó y tuvo que faltar a la escuela.
Nahir Vega le dio de almorzar a su hijo alrededor de las 10:50 para salir temprano rumbo a la escuela, que queda a una distancia de alrededor de 5 kilómetros desde su casa ubicada en Etapa 8 del barrio San Isidro hasta el centro de la ciudad. Llegaron a la parada a las 11:20 y se dispusieron a esperar. Pasaron los minutos y ningún micro se asomó.
El pequeño comenzó a llorar y a suplicarle a su mami “quiero ir a la escuela”; era el primer día que iba a poder compartir con todos sus compañeritos porque antes daban clases solo por burbujas.
A las 13:40, Nahir se resignó y tuvo que explicarle a su retoño que no había forma de ir a la escuela porque no había micro.
En entrevista con el portal de Más Encarnación, la doña lamentó la falta de compromiso de las empresas de transporte y señaló que varios estudiantes se quedaron plantados y otros llegaron tarde a las instituciones educativas
NIÑOS ANHELAN BICICLETAS PARA HACER DESCANSAR A SU BURRO QUE LOS LLEVA A LA ESCUELA
CHORE – SAN PEDRO (Enviado Especial) Las ganas de estudiar supera al tremendo sacrificio de dos hermanos, quienes a diario deben recorrer diez kilómetros a bordo de un burro para asistir a su escuela en el distrito de Choré, Departamento de San Pedro. Los pequeños anhelan una bicicleta, para poder hacer descansar a su animal.
Los hermanos Alex, de 8 años, y Willian Amarilla, de 10 años, viajan diez kilómetros diariamente para asistir a su escuela ubicada en la colonia La Niña, en el distrito de Choré, Departamento de San Pedro. El sueño de ambos es contar con bicicletas para poder hacer descansar al burrito.
Deben levantarse a las 4.00, preparar al burro y desayunar cocido con galletas, para luego emprender camino sobre “Mbykichi”, como le llaman cariñosamente a su burro, informó Carlos Aquino, periodista de Última Hora.
Los niños salen de un retiro de una estancia para poder llegar a las 6.30 a la Escuela Básica 503 Virgen del Rosario, donde cursan el tercer y cuarto grado, respectivamente. A diario deben hacer un poco más de diez kilómetros para poder llegar a destino y estudiar en la escuela.
A pesar de este sacrificio que realizan diariamente, los pequeños están felices y contentos. Hasta ya les parece normal los viajes, porque según explicaron, quieren graduarse y ser profesionales en el futuro.
Alex, quien es el que más entiende su burrito, explicó que el animal es muy bueno y al despertarse mientras ellos desayunan, su burro también consume su alimento, consistente en pasto camerún.
Por su parte, William comentó que a veces cuando trotan, llegan un poco mas rápido en la escuela, pero generalmente llegan para la hora de la entrada. Explicó que en un tiempo atrás iban en motocicleta, pero con la suba del combustible, sus padres ya no lo pueden transportar.
El director de la institución, el profesor Hugo Estanislao Roa, señaló que los alumnos son muy aplicados y que siempre llegan a hora.
“Son gente muy humilde, pero trabajadora y su padre vino a hablar conmigo, porque como todo chico quieren seguir estudiando, pese a que el lugar donde trabajan los padres está un poco alejado”, relató el docente.
La escuela tiene casi 45 años y su infraestructura está muy deteriorada, además no cuenta con agua potable.