CIUDAD DEL ESTE (Realidad Fatídica, redacción) Muchas veces pensamos que al juntarnos con nuestro ser amado las cosas irán de parabienes todos los días de la pareja, sin embargo es como un fuego que se va consumiendo y apagando con pequeñas acciones que cada día suman para dar paso a la tragedia.
Te voy a contar un poco cómo fue muriendo el amor hacia mi pareja:
Los detalles son la gran diferencia, te explico…
Cada noche antes de dormir le preguntaba …
– ¿Cómo te fue hoy, amor?
Y solo me decía:
– Bien, a mí siempre me va bien.
Jamás preguntó por mi día, a pesar de que yo me sentía mal, cuando el quería platicar ahí estaba yo, cuando yo quería contarle algo o platicar solo me decía:
– Estoy cansado, tengo sueño”, y lo dejaba dormir.
Jamás me preguntó…
¿Cómo estás?
¿Cómo te sientes?
Yo no pedía oro, ni regalos caros, a veces sólo esperaba un abrazo o un simple “Te Amo”, pero se le olvidó.
Cuando lloraba sólo se enojaba y me decía molesto:
– ¿Y ahora qué tienes?
Cuando lo que esperaba de él era una caricia y consuelo para saber que no estaba sola.
Cuando salíamos solía esperarme y jamás caminar sin mi; ahora se adelanta y se molesta porque según él yo camino lento, pero no sabía que lo hacía esperando que regresara y me tomara de la mano.
Se le olvidó enamorarme con palabras de amor y detalles que no se olvidan.
Se olvidó que con tan solo una hoja de papel y un pequeño “Te Amo”,
podría haber conseguido que me quedara …