CIUDAD DEL ESTE (por Carlos Roa). Pobladores del distrito de Choré y sus alrededores denuncian un vil esquema de estafas por parte de una allegada del intendente de la ciudad, Rodolfo Ferreira Monges (ANR), y del gobernador de San Pedro, Carlos Giménez (ANR). Con el verso de conseguir una anhelada vivienda vía SENAVITAT, cobran un monto redondo en guaraníes de forma periódica a los pobres moradores, quienes reciben la amenaza de salir de la lista de espera, ante la falta de pago del arancel ilegal.
Con la protección de los poderosos del segundo departamento, Crismilda Zayas Olmedo (secretaria del Colegio Nacional EMD – Choré) y Ramon Mendoza (alias Habô), padre de Arcenio Mendoza (secretario general de la Municipalidad de Choré) se muestran como la cabeza tras estos cuestionables fatos, en asociación con los Dirigentes Políticos del lugar, que guardan muchas ansias de acceder al proyecto con dudosos fines económicos.
El secretario general definió como un absurdo la denuncia. En conversación con el medio acertó a decir que, por su parte, nunca participó de ninguna reunión de ese tipo. Pedimos encarecidamente las disculpas pertinentes al señor Arcenio Mendoza y a los lectores, debido a las imprecisiones de la primera publicación de la nota, donde el padre seria el culpable de las estafas y acosos a las mujeres.
Según explicó nuestra fuente, el sistema se basa en cobrar entre Gs. 100,000 y Gs. 150,000 cada cierto tiempo a cada familia, que con la esperanza de conseguir formar parte del programa “Viviendas Económicas” del Ministerio de Urbanismo, Viviendas y Hábitat. La comunidad debe vender hasta lo que no tiene para conseguir el monto citado, porque viven bajo amenazas de que a la falta del mismo, se les quitará de la lista de beneficiarios.
A pesar de que las páginas gubernamentales cuentan con un espacio para acceder al “Portal de Denuncias Anticorrupción”, en donde en teoría se debería acusar a estos bandidos que fungen innecesariamente como “gestores”, la triste realidad es que una buena parte de la población está a merced de estos inescrupulosos, que en plena crisis global padece de estas prácticas, bajo la ilusión de por fin acceder a una vivienda digna.