DEFORESTADORES Y SOJEROS CADA VEZ MÁS RICOS, CAMPESINOS CADA VEZ MÁS POBRES

Image: 0091828181, License: Rights managed, Restrictions: NO SALES FRANCE AND JAPAN, Tranquilo Favero, owner of Favero Group and the richest man in Paraguay.  Favero was born in Brazil and migrated to Paraguay where he now owns thousands of acres and is the largest soy and cattle producer., Place: Paraguay, Model Release: No or not aplicable, Credit line: Profimedia.com, Redux

LA TRISTE REALIDAD DE LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES PARAGUAYOS

En este preciado Paraguay la mayoría de las cosas se hacen mal en casi todos los sentidos, ya sea en lo gubernamental, en la educación, en la salubridad, y el mal comportamiento de los ciudadanos de este país. Pondremos en esta vez la economía de nuestro país, donde en realidad quien da ese progreso y por lo menos tiene un aporte a la economía, son los pequeños agricultores, que cultivan, siembran, venden sus productos, obtienen pingues ganancias para luego comprar algunas necesidades que les hace falta en sus hogares. Gastan de vuelta el dinero en supermercados, casas comerciales, farmacias y perfumerías, lo que hace es dejar de vuelta ese circulante en sus alrededores, sin embargo, los grandes productores no hacen eso. Cultivan, cosechan, envían al exterior y ya cobran por ahí nomás y el dinero no vuelve al país. Si dejan tierras envenenadas y algunos presidentes de la República, como Horacio Cartes, con algún picsus de beneficio por no cobrarles el impuesto a la soja, y si se les cobra, es apenas para muestra.

Uno de los grandes caimanes de la soja es Tranquilo Favero, que vino al Paraguay apenas con una motosierra, con la idea fija de deforestar la naturaleza de este país y vender madera para el Brasil. Y luego se asentó como productor de soja de millares y millares de hectáreas que no se sabe cómo consiguió adueñarse de esas propiedades, ya que él simplemente era un deforestador que nutrió sus cuentas bancarias gracias a que vive en un país donde las autoridades son inútiles e irresponsables, no tienen autoridad moral y se venden por biscocas. Por eso este país no puede ir adelante, porque no existe el mecanismo de hacer las cosas bien.

Por ese motivo, se crearon muchos cinturones de pobreza en nuestro país, como en el Norte por ejemplo, en donde unos pocos acapararon todas las tierras y ganancias, mientras la gran mayoría de la población se quedaron en la miseria. Desde hace tiempo, venimos insistiendo en que la reforma agraria era una necesidad impostergable, ya que reivindicaría el derecho de todos estos campesinos y pequeños productores, que claman por un pedacito de tierra para cultivar, créditos blandos para comprar insumos, implementos agrícolas y asistencia técnica. Sin embargo, el gobierno deja esta asistencia en manos privadas, como el caso de la agrotabacalera de Choré, y al final, solo acaban desangrando y endeudando aún más a los pequeños productores, quienes acaban vendiendo sus tierras y abandonando el campo, yendo a las grandes ciudades en donde se convierten en mendigos, delincuentes o desempeñando trabajo esclavo, sin réditos para poder solventar a sus familias, creando un interminable círculo de pobreza.

¿Y dónde está ese nuevo rumbo que fue prometido por el presidente Horacio Cartes, quien hoy día a través de sus acólitos y secuaces busca afanosamente la reelección presidencial? Hace tres años ya está en el poder y no ha hecho absolutamente nada por estos humildes campesinos, quienes siguen clamando días mejores a un gobierno insensible, corrupto y que ahora aparentemente pretende eternizarse en el cargo.

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