PARAGUAYO CUBAS, UN PRESO POLÍTICO TORTURADO POR EL SISTEMA
CIUDAD DEL ESTE. Por Carlos Roa. Artículo 5 – DE LA TORTURA Y DE OTROS DELITOS. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El genocidio y la tortura, así como la desaparición forzosa de personas, el secuestro y el homicidio por razones políticas son imprescriptibles. Vagando por el mundo de los recuerdos se acordarán del mayor campo de concentración de exterminio de la raza humana Auschwitz, de Adolf Hitler, donde se ensañaron con seres humanos sin piedad y sin misericordia. En Sudamérica otro parecido conocido como el plan Condor donde en aquel entonces estaba Pinochet, Videla, Stroessner y otros que mandaban ejecutar a aquellos que no podían pensar diferente. Cuando vemos los documentales muchos de los jóvenes de hoy murmuran resquebrajados que suerte que yo no nací antes. Donde los seres humanos padecían de las más terribles torturas y ejecuciones por hombres que hoy tienen su nombre en las plazas, calles y algunos edificios por el mundo.
Lo más exorbitante que todos pensábamos que esto se acabó y que el respeto a la humanidad por los humanos habría mejorado y por lo menos la tecnología de Internet con las herramientas del google, muchas mentes humanas tendrían un formato nuevo y con un chip mejor elaborado para que su placa madre pueda tener raciocinio, respeto, honradez y humanidad. Ahora aterricemos en CDE donde días pasados un conocido abogado conocido como Payo Cubas Colomes fue brutalmente golpeado y lo tienen esposado y en una celda donde está incomunicado, simplemente por querer exigir a esas pequeñas figuras que tenemos como autoridades, así como el lunático sin – vergüenza juez Amilcar Marecos, según dijo el propio Payo antes de evacuar en su oficina y la fiscal Analía Rodríguez, que invocaron la ley 323/55, pero esta ley ya fue derogada hace mucho tiempo, porque según los letrados es una ley en tiempos de estado de sitio y dictadura. Ahí se ve la ignorancia de esas personas que estuvieron involucradas, para poder sentenciar con una ley que ya no existe, no sirve. Pero tal vez no sea ignorancia de estos humanos carroñeros y sí la sumisión de vivir en los quilombos de la esclavitud en el tiempo de Nelson Mandela y que son manejados como títeres con el cargo que tienen por un clan que piensa que van a seguir cuesta arriba. Esto está llegando a su fin, la sociedad esteña sabe que falta poco para dar el suspiro de alivio de estos oportunistas vividores que se enriquecieron fingiendo o utilizando el mérito del rótulo política.
Caros lectores yo pasé por muchas de esas cosas cuando era joven, vivíamos en una dictadura donde no podíamos decir nada y teníamos que meternos en el ropero para cuchichar algunas falencias del gobierno en aquel entonces. Estaba yo en Santos, Brasil, almorzando con mi madre cuando vi por la Rede Globo una de las noticias que le dio a mi corazón una taquicardia, una arritmia, un bullicio de emociones y la noticia era: derrocaron a Stroessner. Fue allí que salí a la ventana del apartamento y dije: gracias señor yo sé que hay una palabra que dice que no hay mal que dure 100 años, pero tenga piedad de los paraguayos que no merecemos vivir en las mazmorras de estos asesinos seriales dictadores. Ni siquiera 24 horas.