CIUDAD DEL ESTE (actualidad) El sexo después de los 40 deja de ser un capricho que se deba apaciguar.
Deja de ser imprudente, deja de ser egoísta é irracional.
Madura y se convierte en una necesidad espiritual más que carnal.
Se vuelve más intenso, más real donde se busca la esencia de todos esos sentimientos que años atrás no nos atrapaban con tanta facilidad, como la honestidad y la seriedad.
El sexo se vuelve fascinante, casi como una obra de arte que merece ser tratada como tal que debe admirarse, sentirse y valorarse.
Después de los 40 es distinto todo !, los sabores se vuelven más intensos, lo dulce es más dulce lo amargo deja de sentirse tan amargo.
El mundo cambia, nosotros cambiamos.
La paciencia se vuelve un deleite que vale la pena saborear ¿ y la pasión ?, la pasión se vive en cada rose de los dedos, en cada centímetro y poro de la piel.
El sexo después de los 40 juega con cada sentido del cuerpo y ahí es cuando la seducción se convierte en magia y la intimidad le da rienda suelta a la lujuria que a su vez hace cómplices a la ternura y la intensidad.
Las miradas seducen, los besos aumentan el placer mientras que las caricias dejan una huella profunda que nunca desaparece en su totalidad.
Después de los 40, el sexo se vuelve una comunión de placeres con su propio sentido y voluntad.
Se vuelve extenso y motivador, nos devuelve vitalidad y nos permite hacer por fin las paces con la soledad.
El sexo después de los 40 se vuelve un estandarte de victoria ante la vida, madura y se vuelve consiente de lo que significa vivir y sentir felicidad.
Se vuelve una armonía entre fantasías y realidad.
Después de los 40, nos damos cuenta cuando están con nosotros por amor y cuando únicamente por deseo de apagar una pasión fugaz.
Pasados los 40, deja de existir el fruto prohibido, deja de pesar tanto el que dirán.
Porque pasado ese tiempo ya no hay cadenas que arrastrar, todo está claro y aprendido y lo que nos falta por aprender ya no nos sorprende ya no nos duele, ya no nos quita paz.
El tren del tiempo va dejando en sus estaciones los temores é ingenuidad que se nos dio como equipaje para que el viaje en vez de preocuparnos nos haga disfrutar de la libertad que hemos alcanzado.
El sexo después de los 40 tiene más ingredientes de los que tenía antes, posee más serenidad, más honestidad.
Y se torna en un arcoíris multicolor que nos invita a soñar y a volar más alto con quien deseemos estar.
El sexo después de los 40 es total e idealmente un deleite saborear.
Tomado de la web.