TENDENCIA (Por Charly Friend) En el folclore europeo, existen diversas historias que cuentan cómo las mujeres son capaces de derrotar incluso al mismísimo Satanás. Una de estas historias destaca por su peculiaridad y por la muestra del poder femenino. Ahora sabemos que el diablo puede tener miedo de las mujeres, y curiosamente, parece que podría tenerle miedo especialmente a una determinada parte del cuerpo que resulta ser la esencia de la feminidad. Tal vez esta idea tenga sus raíces en algunas creencias antiguas relacionadas con la veneración de la fertilidad y la idea de poderes femeninos benditos que pueden alejar el mal o las influencias malignas.
Perretta asusta al demonio
Un día, un demonio apareció por casualidad en un pequeño pueblo en la “Isla Pope Fig” y comenzó a causar disturbios y aterrorizar a los aldeanos. El diablo llegó a la granja de un granjero llamado Phil y le exigió que le diera la mitad de su cosecha. Phil, astuto, le dio al diablo solo las hojas y los tallos, pero no las verduras en sí. Enfurecido por haber sido burlado, el diablo amenazó con castigar a Phil y quitarle el resto de las verduras en una semana.
Aterrorizado, Phil corrió a casa y le contó a su esposa, Perretta, lo que había sucedido. Ella le dijo que no se preocupara, que ella se encargaría del diablo. Cuando el diablo regresó, Phil saltó a una tina de agua bendita para protegerse. Perretta, con lágrimas y el pelo despeinado, saludó al diablo y le dijo que Phil era un hombre terrible que la golpeaba sin piedad e incluso la cortaba profundamente con sus garras.
En ese momento, Perretta se levantó la falda y mostró sus genitales al diablo, quejándose de que su esposo había probado sus garras en su cuerpo y la había arañado entre las piernas. Al parecer, el diablo no estaba familiarizado en absoluto con la anatomía de las mujeres, ya que pensó que se trataba de algún tipo de herida terrible. Horrorizado, el diablo huyó para no volver jamás.