CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) Una triste realidad de las mujeres paraguayas que trabajan en casa de familia, con el seudónimo de empleadas domésticas, queriendo por los lados que se lo vea tendría que tener un nombre más noble, porque son ellas las que conocen la casa por entero, lo que tienen que hacer, cómo tienen que poner, cómo tienen que lavar, cómo tienen que planchar las ropas y todas esas firulas que se hacen en un hogar donde los patrones muchas veces se creen el emperador, así también como la patrona la emperatriz y los hijos malcriados que tienen el derecho de humillar, con palabras o con gestos a esa funcionarias doméstica que trabaja en la casa ay que le pone todo en orden sus ropas, el aseo de la casa, la comida, hasta sus mimos cuando a veces se caen y lloran por dolor o por cobardes de no soportar un dolorcito estas se convierten en una segunda madre, hasta ahí vemos que esta noble funcionaria doméstica es una persona intachable.
Ahora vamos a lo que realmente es la realidad fatídica, en el Paraná Country Club existen muchos extranjeros indocumentados y algunos malandros que vienen a esconderse porque en su país lo buscan y allá si lo encuentran habrá impunidad pero no tanto como en nuestro país, y nos enteramos que en una de las casas una brasilera de nombre Priscila Navarro tiene a funcionarias brasileñas que le preparan la comida y que hacen los quehaceres de la casa, mientras que la paraguaya que también está con ellos como niñera es tratada como si fuese un trapo de cocina, y esto no es solamente en algunas de las casas, según comentarios de aquellos guardias que tenemos y son informantes de nuestra redacción y no podemos revelar sus nombres por problemas éticos, nos comentan que muchos patrones son miserables que para desayunar esa funcionaria que todo el día ayuda para salir bien vestidos de ropas bien planchadas el desayuno es a las 10 de la mañana y el almuerzo por las 3 de la tarde, y guái si le ven sentado en el mismo lugar que ellos utilizan para desayunar, almorzar, o cenar, es decir la mesa que ellos utilizan para comer con la familia, el empleado tiene que comer por poco en la puerta del baño, claramente esta no es la situación de todas las trabajadoras de esta zona residencial, pero sí lo es para algunas, y es demasiado triste y a la vez espeluznante que el trato denigrante hacia los funcionarios domésticos todavía exista en este país y más aún ejercido por los extranjeros hacia los paraguayos.
Haciendo un poco de esfuerzo llegamos a preguntarle a esta funcionaria que paso esta triste realidad y que en nuestro país el ministerio de la mujer muchas estas cosas hacen que nos aben porque muchos de ellos también son cómplices cuando en sus casas una humilde empleada es tratada como trapo sucio, por eso es que cuando uno quiere ingresar a mirar, investigar en el Paraná Country Club ponen hombres armados que te prohíben entrar porque se esconden muchas basuras en esa propiedad y que lo llaman Paraná Country Club como diciendo aquí solamente viven los chetos pero sin embargo viven los chatos y muchos de ellos narcos, delincuentes de cuello blanco, empeladas brasileñas sin documentos y así por delante hay muchas cosas más que decir, es simplemente disfrazarse de banana y entrar por el reto de los patrones para que salten las verdades.