NACIONALES (Salud, por redacción) La donación de órganos es un acto de generosidad que salva vidas y deja un legado imborrable. Gracias a la voluntad de una persona fallecida que decidió ser donante, y al apoyo de su familia que respetó su deseo, tres personas han tenido una nueva oportunidad de vivir. Este gesto solidario no solo beneficia a quienes reciben los órganos, sino que también marca un ejemplo de amor y esperanza para la sociedad.
En las últimas horas, en el Hospital de Trauma, se realizó un operativo de donación y trasplante de órganos y tejidos. El donante, un hombre de 41 años, había dejado claro en su cédula de identidad su intención de donar, y su hermano, al momento de su fallecimiento, defendió su voluntad para que el proceso pudiera llevarse a cabo.
Hasta ahora, tres personas han sido beneficiadas:
- El corazón fue trasplantado a un hombre de 41 años en el Hospital San Jorge.
- Un riñón fue donado a un joven de 26 años en el Instituto de Previsión Social (IPS).
- El otro riñón fue trasplantado a un adolescente de 15 años en el Hospital Nacional de Itauguá.
Además, se llevó a cabo la extracción de córneas para futuros trasplantes, realizada por la Fundación Visión, y la ablación de tejidos que también beneficiará a más personas en el futuro.
El doctor Hugo Espinoza, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), resaltó la importancia del tiempo en estos procedimientos, ya que entre la extracción y el implante debe transcurrir el menor tiempo posible. También destacó el trabajo coordinado y multidisciplinario de los médicos y las instituciones involucradas, quienes trabajaron durante la noche para que todo fuera un éxito.
Este es el cuarto donante multiorgánico registrado en marzo, un dato alentador que permitió reducir ligeramente la lista de espera, aunque esta sigue siendo dinámica. A través de actos como este, se reafirma la importancia de expresar en vida nuestra voluntad de donar, porque ese sí puede cambiar el destino de muchas personas.