El rollotráfico es una de las
lacras de nuestra sociedad
El rollotráfico en la zona norte del país sigue sin parar, ante la pasividad de las autoridades nacionales y los organismos encargados de combatir esta situación. Son muchos foráneos, menonitas, brasileños y también algunos paraguayitos, quienes se siguen dedicando a este nefasto menester, sin importarles cortar los últimos recursos forestales que quedan en el país.
En el Norte del país, Ambambay, Concepción, Cruce Liberación, San Pedro, Alto Paraná, Canindeyú, Caaguazú, en fin, en los cuatro puntos cardinales del Paraguay, existe mucha permisividad y complicidad con los deforestadores, principalmente empresarios extranjeros, motivo por el cual incluso el Ejército del Pueblo Paraguayo sacó una resolución, prohibiendo el corte de árboles bajo pena de muerte, lo cual tampoco es respetado por estos menonitas inhumanos, brasileños cortadores y otros foráneos indeseables, por su accionar delictivo, que es muy a la vista de todos, como Forestal Caaguazú, de Isaac Bergen, en Cruce Liberación.
La mayoría de estas propiedades, muchos de los títulos son tierras del Estado, pero con títulos falsos, según relató un secretario de la SEAM, que siente mucho pero no puede hacer nada por su cargo. Otros grandes deforestadores son David Heinrich Bergen, con domicilio en Campo 9 Caaguazú, paraguayo de origen canadiense; Edwin Neufeld Hildebrand, un descarado menonita, paraguayo; Wilhelm Drieoger Heinrich (brasiguayo) y Milton César Krulikoski entre muchos otros.
Al ritmo en que se viene deforestando en el país, en 5 o 10 años Paraguay podría quedar sin bosques, según expresiones de la ministra de la Secretaría del Ambiente (Seam), María Cristina Morales.