Ciudad del Este (Reflexión por, Erick Sumoza). Mientras 750 millones de personas nacen sin acceso al agua, otras 2 millones fallecen por el mismo problema. El escenario estimado para el año 2030 nos indica que, la próxima guerra mundial será por el líquido vital… En zonas que van desde Caracas hasta Amán, se acumulan miles y miles de litros de agua en recipientes de plástico ya que el suministro de agua potable no es constante y, una vez se corta, los ciudadanos no saben cuándo volverán a ver el líquido fluir por las tuberías. En Jordania, las mezquitas dan charlas sobre la importancia de ahorrar hasta la última gota. Las tierras se riegan con agua salada por la necesidad, lo que conlleva a daños permanentes en las mismas. De acuerdo a las estimaciones, una persona Jordania apenas usa 90 metros cúbicos de agua al año, siendo uno de los más bajos del planeta. Tan solo un 3% de lo que consume una persona en un país como Estados Unidos. ¿Y si este escenario se presentara en todo el mundo?
EL PELIGRO DEL CRECIMIENTO POBLACIÓN
Debido a su situación geográfica, Jordania nunca contó con abundante agua, pero en el pasado les bastaba para cubrir a su población. Pero la migración ha generado la escasez. Desde la llegada de los primeros refugiados palestinos, a los que le siguieron libaneses, iraquíes y sirios que huían de las guerras, sumado a las tensiones dentro de su territorio con los mismos refugiados y los jordanos, la situación se agrava cada día. Si a esto se le suma que la tasa de fertilidad de la mujer es de 3.8 niños, el problema es enorme. De hecho, de acuerdo a los expertos, las reservas de agua que se tenían previstas para el 2035 se consumieron en 2015. Prácticamente no hay recursos y el río Jordán, el único río navegable, está totalmente contaminado. Los acuíferos más importantes están vacíos y la construcción de presas en Siria provocó que disminuyera el cauce de los ríos.