CIUDAD DEL ESTE (conflicto bélico, por Carlos Roa) La guerra, es una de las instituciones más crueles y sangrientas. Paraguay así, fue empujado a esta arena, a la continuación de la política por otros medios. En el marco de un nuevo aniversario de su inicio, veamos cómo era Paraguay al momento de la guerra. Económicamente la Republica de Paraguay se encontraba aislada de sus vecinos y del comercio de ultramar europeo al momento del estallido bélico. Lo estaba por la negativa de la oligarquía porteña, materializada en Mitre como su mayor representante y presidente de la Republica Argentina, quien negaba el paso libre de las mercancías paraguayas por la cuenca del Río de la Plata, único puerto cercano.
Ante esta realidad, Paraguay desarrolló una economía defensiva, integrada por medianos propietarios agrarios, que se basaba en el monopolio estatal de la propiedad del principal instrumento de producción, la tierra, y la comercialización de los productos fundamentales de exportación (yerba y tabaco) lo cual le permitió capitalizarse rápidamente a pesar de los gravosos impuestos que le demandaba el puerto de Buenos Aires. No existían en Paraguay sectores dominantes como los estancieros o la burguesía comercial porteña, si un Estado poderoso con una gran centralización política y una dictadura personalizada en la figura del Mariscal Francisco Solano López. En lo económico, este poderoso Estado promovió la diversificación de la producción y el desarrollo de la industria.
Hacia 1860, el gobierno paraguayo levantó astilleros y fabricas metalúrgicas, construyó ferrocarriles y telégrafos, creó escuelas primarias y envío jóvenes a Europa para perfeccionarse. El Estado era el único gran capitalista. Era el único país de América del Sur que no tenía deuda pública extranjera, según Alberdi (intelectual argentino y fervoroso defensor de Paraguay durante la guerra) no porque le hubiera faltado crédito, sino porque le bastaron sus recursos y sus buenas inversiones.
Al finalizar la guerra, los “hermanos” brasileños y argentinos se repartieron la torta y se quedaron con gran parte de nuestro territorio, ya que nuestro país no era mediterráneo, tenía salida al mar que nos despojaron y que Argentina nos devuelva Formosa y Misiones y Brasil mayor parte del estado de Paraná. Las cataratas del Yguazu eran de Paraguay y los brasileños, argentinos y uruguayos no pueden levantar la voz ni hablar de los paraguayos y mucho menos del país, porque recordemos quien era el emperador Don Pedro II y su yerno, el francés Gastón de Orleans, conde d’Eu. Al final de la masacre, el conde ordenó el incendio del campo de batalla en el que había centenares de niños heridos, y las mujeres que salían de los montes para rescatar a sus hijos. Y porqué ante todos estos hechos, no reacciona la comunidad internacional, la ONU, para pedir los archivos secretos de la guerra de la triple alianza, gran matanza, genocidio de niños, mujeres ancianos, y saqueos de estos que llamamos Caínes, los hermanos asesinos. Porque en este país no hay un patriota y sí el partido colorado y liberal como opositor gua`u, otros grandes Caínes, sinvergüenzas como muchos representantes de la sociedad, con apellidos conocidos en este país, grandes granujas, sinvergüenzas, déspotas.