HONOR Y GLORIA A LOS NIÑOS MÁRTIRES DE ACOSTA ÑU A 155 AÑOS DE AQUELLA TERRIBLE MASACRE

NACIONALES (por Esteban Ross) Hace 155 años Paraguay fue el escenario de Acosta Ñu, “una de las más terribles batallas de la historia militar del mundo”.

Así lo afirmó el periodista brasileño Julio José Chiavenato en su famoso “Genocidio americano: guerra de Paraguay”, un libro publicado hace cuatro décadas que reescribió la historiografía regional.

Y si bien muchos de sus datos han sido matizados o desmentidos, el texto sirvió para echar luz sobre lo que hoy sí es ampliamente reconocido como el enfrentamiento internacional más sangriento de la historia de América Latina: la Guerra de la Triple Alianza.

Esta guerra, que duró de 1865 a 1870, enfrentó a Paraguay contra los ejércitos aliados de Brasil, Argentina y Uruguay.

Se calcula que en esos 5 años murieron entre 200.000 y 300.000 paraguayos, que entonces equivalían a la mitad de la población del país y de los cuales el 80% eran hombres.

Entonces, ¿qué pasó en Acosta Ñu para convertirse en “el símbolo más terrible de la crueldad de esa guerra”?, como escribió Chiavenato.

La diferencia con el resto de las batallas es que aquella del 16 de agosto de 1869, donde este viernes el gobierno paraguayo inaugura un monumento, fue peleada por niños y adolescentes.

Tanto marcó al país esta batalla que es también la fecha en que se conmemora el Día del Niño.

La “guerra total”

“El año 1869 marca definitivamente el concepto de guerra total”, dijo el historiador paraguayo Fabián Chamorro a BBC Mundo.

“Guerra total -continuó- es cuando la población civil es alcanzada por los combates”.

Con el ejército paraguayo ya exterminado, explicó Chamorro, varias figuras importantes dentro de las fuerzas aliadas empezaron a señalar que la guerra ya estaba terminada y que era tiempo de retirarse.

De acuerdo con Chiavenato, una de estas figuras era el general Luís Alves de Lima e Silva, luego duque de Caxias, quien lideraba las tropas brasileñas en Paraguay.

“¿Cuánto tiempo, cuántos hombres, cuántas vidas y cuántos elementos y recursos necesitaremos para terminar la guerra, es decir, para convertir en humo y polvo a toda la población paraguaya, para matar hasta el feto en el vientre de la mujer?”, reclamó al emperador de Brasil.

Pero la orden era que el fin de la Guerra de la Triple Alianza llegaría solo tras la muerte del presidente de Paraguay, el mariscal Francisco Solano López, algo que pasaría el 1 de marzo de 1870.

“No había necesidad de hacer esta operación de cacería, donde la peor parte se la llevó la población civil”, afirmó Chamorro.

Por su parte, Solano López cada vez reclutaba soldados más jóvenes.

“Primero tenían 16 años y luego 14, 13 años”, dijo a BBC Mundo Barbara Potthast, profesora de historia ibérica y latinoamericana en la Universidad de Colonia, Alemania, quien llegó a encontrar registros de enrolamientos de niños de 11 años.

Pero en ese entonces no peleaban, sino que se dedicaban a otras tareas, como transportar materiales.

Lo mismo sucedía con las mujeres, que se ocupaban de la logística.

“No era un ejército profesional al estilo que conocemos hoy”, dijo Potthast. “Porque como dicen muchos, era más bien un pueblo en armas”.

 

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