AVANCES EN CURAS PARA ENFERMEDADES OCULARES
La científica originaria de Argentina Valeria Canto-Soler, quien actualmente dirige a un grupo de investigadores en la prestigiosa Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, acaba de crear, por primera vez, una retina de ojo en miniatura en el laboratorio a partir de células madre pluripotentes inducidas. El logro permitiría probar medicamentos antes de administrarlos en pacientes afectados por enfermedades oculares o desarrollar implantes.
La experta es bióloga por la Universidad Nacional de Córdoba, con un doctorado en ciencias biomédicas por la Universidad Austral en Buenos Aires. Después, se instaló en Estados Unidos para realizar un postdoctorado. En 2008, se convirtió en profesora de Johns Hopkins y comenzó a trabajar en una línea de investigación con células madre para abordar problemas de la visión. Ahora, su nuevo logro representa un gran éxito en su carrera, el cual se publicó recientemente en la revista Nature Communications.
Canto-Soler —quien lidera un equipo conformado por 10 investigadores— comentó: “Tomamos células de la piel de adultos y del cordón umbilical, las reprogramamos y las convertirmos en células madre pluripotentes inducidas, conocidas como IPS por su sigla en inglés”. De esta forma, ideó un innovador y muy simple sistema, el cual permitió a las células IPS diferenciarse para formar una retina en miniatura, igual que como ocurre en el desarrollo de un embrión humano.
La retina en miniatura posee células fotorreceptoras capaces de detectar y responder a los impulsos de luz. “La respuesta de los fotorreceptores a la luz es el primer paso necesario para la formación de una imagen visual”, mencionó la especialista.
Esta no es la primera vez que se producen retinas tridimensionales a partir de células madre. Previamente ya se habían hecho en Japón. No obstante, sí es la primera vez que se consigue una retina usando células madre pluripotentes inducidas.
“Este resultado abre la posibilidad de producir retinas hermanas de las dañadas en las personas para luego probar tratamientos en el laboratorio. Esto se sumaría a la tendencia hacia una medicina más personalizada. También, se podrían hacer trasplantes de esas retinas, pero aún necesitamos más de cinco años de investigación”, finalizó Canto-Soler.