CIUDAD DEL ESTE (Salud, por Redacción) Hablan de respiración o ventilación artificial, pero hay mucha gente que no tiene idea de qué se trata. No es una máscara de oxígeno puesta en la boca mientras te quedas acostado pensando en tu vida. Es un mecanismo totalmente anormal, de lo que jamás hemos escuchado hablar donde al paciente lo dejan desnudo, boca abajo con la excusa de que es más fácil expulsar así la flema de los pulmones, y al mismo tiempo le cierran la garganta con un tubo que se lo meten por la boca y lo atoran en la tráquea, para realizar el procedimiento lo someten primero a anestesia general, es decir lo duermen por completo sin posibilidad ni de decir “Ay!!” ni de saber lo que está pasando ni lo que te están haciendo.
Realmente tétrico es el sistema que utilizan para supuestamente mejorar la ventilación, pensar que uno estando sano se le dificulta muchas veces respirar estando boca abajo, y este procedimiento no se puede aplicar en cualquier persona, una intubación normal ya es difícil de hacer y uno tiene que tener muchísima capacitación y sobre todo práctica para proceder sin perforarle la garganta al paciente, sin romperle las cuerda vocales, como será esto donde a todas molestias y riesgos comunes se suma que uno se queda totalmente indefenso y ¿por qué desnudo? ¿será para violentarle también el trasero?
En Paraguay es más que seguro que si hacen esta maniobra son totalmente inexpertos, la OMS sacó una guía de ejecución que por lo visto nunca antes se emitió, ¿por qué ahora? Tanta desconfianza e incertidumbre y a esto le sumamos el trato inhumano con los profesionales desgastados que no están los suficientemente capacitados, con la escasez de recursos en los hospitales, ¡qué terrible panorama para los que llegan a los hospitales!
La ventilación es invasiva para el COVID-19, es una intubación que se hace bajo anestesia general y que consiste en quedarse 2 a 3 semanas sin moverse, a menudo de cabeza hacia abajo (decubitus ventral) con un tubo enterrado en la boca hasta la tráquea y que le permite respirar al ritmo de la máquina a la que está conectado.
La molestia y el dolor que siente necesitan la administración de sedantes y analgésicos para garantizar la tolerancia al tubo durante el tiempo que el paciente necesite de la máquina para respirar, todo esto durante un coma artificial.
En 20 días de este “tratamiento suave” en un paciente joven la pérdida de masa muscular es de 40 % y la rehabilitación será de 6 a 12 meses, asociado a trauma de la boca o incluso de las cuerdas vocales. Eso si el tiempo de hospitalización no es demasiado largo y el tubo tiene que ser retirado para hacer una traqueotomía. Es por eso que las personas mayores o frágiles no aguantan.
A muchos esto les parece una eutanasia inducida, más parece un mecanismo de tortura y de humillación que tratar de salvar la vida de los enfermos, nunca antes del Covid se escuchó hablar de este tipo de ventilación, ¿por qué ahora?