PRIMERA PARTE
CIUDAD DEL ESTE (nacionales, por redacción) Ante rumores de una próxima pandemia los ciudadanos paraguayos rememoran los duros días que vivimos en el 2020 con la cuarentena obligatoria y sobre todo la incertidumbre de no saber qué pasaría y cómo se harían las cosas frente al encierro total al que nos vimos sometidos. Mientras tanto desde el gobierno nos vendían la seguridad y la tranquilidad de que todo estaría bien gracias a un préstamo adquirido por el gobierno por el valor de 1600 millones de dólares. Con el tiempo salieron a la luz otras situaciones que se trataron de ocultar durante la pandemia, y hoy día, con nuevo presidente en el cargo son más claras las acusaciones y las explicaciones sobre todo lo ocurrido en la era Marito.
La distribuidora de asfalto Aldia SA, empresa declarada por el presidente Mario Abdo Benítez, ostenta el cuasi monopolio del rubro de acuerdo a los datos obtenidos por “La caja negra”. En el 2016, la empresa Aldia tenía apenas el 40% del mercado e importaba menos de 30 mil toneladas. Sin embargo, en el año 2021, la empresa del Presidente manejó el 60% del mercado de asfalto e importa por valores cercanos a 80 mil toneladas. Testimonios de competidores del rubro aseguran que desde que Marito llegó a la Presidencia y comenzó el “boom” de obras públicas, su empresa comenzó a registrar un crecimiento exponencial, asfixiando a los demás competidores del rubro.
El modus operandi implementado en el Ministerio de Obras Públicas durante la administración de Arnoldo Wiens para ganar licitaciones de obras consistió en aplicar la regla de “ser cliente de la empresa de asfalto de Marito”. “La caja negra” obtuvo testimonios exclusivos de otros proveedores del rubro de asfalto quienes aseguran padecer la asfixia generada por parte de la empresa presidencial. La firma Aldia SA ofrece el asfalto más caro del mercado, incluso llegando a 80 dólares más por tonelada; sin embargo, es la proveedora favorita contratada por las empresas vialeras que más contratos tienen con el MOPC.
El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, utiliza como bandera política los kilómetros de asfalto durante su gobierno y se jacta a la vez de no tener ningún contrato con el Estado paraguayo; sin embargo, evita mencionar que su empresa proveedora de asfalto creció en un 450%, según registros de la Dirección Nacional de Aduanas hasta el 2021.
Las estadísticas de Aduanas muestran que en los años 2018, 2019 y 2020 las cifras de importación de la firma Aldia SA se incrementaron con promedios de crecimiento en torno a los G. 50 mil millones anuales. Fue así que de G. 23.515 millones en importación de asfalto en el 2018, las compras de la firma del Presidente llegaron a G. 127.206 millones en el 2021; esto equivale a un incremento de 450%, una importante diferencia.
Durante la actual administración, la empresa del mandatario se posicionó en su gobierno como el primero en el ranking de importaciones. Se puede ver que tuvo un vertiginoso aumento en el año 2018, mientras los principales competidores comenzaron a caer bruscamente y otros mantuvieron sus promedios. Los gráficos de porcentajes del mercado y volumen de importación muestran el crecimiento exponencial de la empresa de Marito, y esto deja en evidencia que al Presidente le fue muy bien en estos años.
En coincidencia, se dieron las más jugosas licitaciones del Estado para el sector de las obras viales. Y casualmente, las empresas que más contratos tienen con el MOPC son las que compran el asfalto de Aldia.
Cinco empresas son las que se llevan la mayor porción de la torta en la actualidad, con millonarias adjudicaciones en el Ministerio de Obras Públicas. Las mimadas del gobierno de Abdo son la constructora Ocho A de Luis Alberto Pettengill; Construpar SA, representada por Carlos Benítez, Cinthia Benítez, Guillermo Mas Metz y Sergio Rubén Samudio; CIV SA, de Isacio Vallejos; CDD Construcciones SA, que es la contratista de César Daniel Delgado; y EDB Construcciones, del empresario Enrique Díaz Benza (ex suegro de Marito Abdo). Todas ellas deben necesariamente comprar una cierta cantidad de asfalto de la empresa de Marito.
A todo esto y otras historias Díaz Verón, Antonio fretes, entre otros granujas se morfan la plata y se van contentos, algunos van presos en celdas vip disfrutando del lomito como petisco, peor cuando un pobretón roba unos pomelos o unas mandarinas debe devolver el valor de las mandarinas que se comió pero en euros, qué justicia es esta?