La soberbia: Sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos. Esta es la enfermedad que padecen las autoridades que vienen desde hace décadas saqueando al Estado paraguayo, buscando de una u otra manera el método, la fórmula o el formato de cómo engañar a los sufragantes para que ellos se puedan dar el lujo de vivir como un rey, y la ciudadanía como los plebeyos. Por ello, es ideal esta frase de José de San Martín, quien define la soberbia como la discapacidad de pobres infelices que fortuitamente se encuentran con una pequeña cuota de poder. Como ejemplo, podemos citar al puntín referente esteño, Javier Zacarías, quien empezó como mesitero y después de descubrir que la política es el mejor negocio para los sin – vergüenzas, caraduras y vividores, haraganes y despiadados, con amedrentamientos y jaques consiguió dinero de los comerciantes golondrinas que pululan en CDE, usó la municipalidad como su cuartel general, convirtiéndose en un gran soberbio, que desprecia y detesta a los pobres.
Y de yapa nos aparece una rubia farmacia, Nadia Espinosa, la ñorsa del dipu liberal Gómez Verlanghieri, quien trabaja en forma irregular con el nombramiento de planillera y suculento sueldo, pero cuando se le intervino, esta se hizo la Mona Lisa del Monasterio de los Congresistas de nuestro país. La soberbia es una de las enfermedades con causas y efectos colaterales de que este país dentro de poco esté como su vecino, en default (El default se produce cuando un deudor deja de realizar los pagos correspondientes a su acreedor. De esta manera, el deudor cae en la cesación de pagos o default).
