1- La India Juliana. se la recuerda como la primera mujer nativa del Paraguay que se sublevó ante los conquistadores españoles.
“La India Juliana, hija de un cacique, como otras tantas hijas de caciques que se ven sometidas a la explotación servil por parte de los españoles, no tolera más la subordinación de su pueblo ni las afrentas. Al decidirse el Jueves Santo de 1539, tras un conflicto de conciencia del que participaron, invisibles, sus ancestros, sus dioses y su orgullo guaraní, se levanta contra su agresor, el marido español, Nuño de Cabrera, el de las múltiples formas de ensañamiento, el de la cruz y la lengua extraña, el del látigo y la infamia, y lo liquida, cortándole la cabeza. En una de las primeras sublevaciones indígenas al régimen colonial, la India Juliana espera que su pueblo tome partido en esta lucha de sobrevivencia”, relata la escritora Diana Viveros.
2- Las Residentas. Así se denomina genéricamente a las mujeres que sostuvieron al Paraguay durante la Guerra Grande (1865-1870), incluyendo a las llamadas “destinadas”, las castigadas por el gobierno del mariscal López, acusadas de presunta traición. Son las que prácticamente reconstruyeron el país luego de la hecatombe,
El actual jefe de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, las reivindica y hasta llegó a pedir el Premio Nobel para ellas: “A mi juicio, la mujer paraguaya es la mujer más heroica de América. Después de la Guerra quedaban ocho mujeres por hombre e hizo esa gran opción de tener hijos, para salvar la Patria, la lengua, la cultura y la fe”.
3 – Elisa Alicia Lynch. Aunque irlandesa de nacimiento, la gran compañera del mariscal Francisco Solano López dejó su marca desde que llegó al Paraguay, en 1854, y se quedó hasta el final de la Guerra, acompañando a su hombre y a todos los combatientes.
Admirada y denostada a la vez, revolucionó las costumbres de la época e introdujo aires nuevos en el provinciano modo de ser del Paraguay de los López.
4 y 5 – Adela y Celsa Speratti. Nacidas en 1865 (Adela) y 1868 (Celsa), en Barrero Grande (hoy Eusebio Ayala), ambas hermanas son consideradas próceres de la educación en el Paraguay.
Organizaron la educación pública de las mujeres y fundaron la Escuela Graduada de Niñas, la Escuela Normal de Maestras y la Escuela Normal de Profesoras.
6 – Serafina Dávalos. Nacida en Ajos (hoy Coronel Oviedo), en 1883, se unió a las hermanas Speratti en la lucha por la educación pública de mujeres, exigiendo la creación de la Escuela Normal de Maestras, en 1896.
Fue la primera mujer en obtener un título de doctora en Derecho, en 1907, con su tesis “Humanismo”, en donde reivindica ser mujer, estudiante y amante de su patria y reclama la plena participación cívica y política de las mujeres en el destino del Paraguay. Es considerada la gran pionera del feminismo y de los derechos de las mujeres en el país.
7 – Branislava Susnik. Nacida en Mendove (entonces Yogusloavia, hoy Eslovenia, en 1920), llegó en 1951 al Paraguay, convocada por el doctor Andrés Barbero, es considerada una de las máximas figuras de la antropología en nuestro país. Doctora en etnohistoria y lingüística, en historia y arqueología, fue directora del Museo Etnográfico. Sus valiosos trabajos permitieron conocer a fondo la realidad y la cultura de los pueblos originarios del Paraguay.
8- Enfermeras del Chaco. Cumplieron un rol humanitario esencial, poniendo en riesgo sus propias vidas para salvar las de los combatientes heridos durante la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932-1935). Hicieron su trabajo en condiciones sumamente precarias y muchas nunca regresaron a sus hogares.
9 – Josefina Plá. Nacida en las Islas Canarias, en 1909, llegó al Paraguay en 1926, como compañera del artista paraguayo Andrés Campos Cervera (Julián de la Herrería). Fue periodista, escritora, artista plástica y educadora ejemplar, que iluminó a varias generaciones de creadores paraguayos. Fue la primera jefa de redacción de varios diarios paraguayos.
Falleció en 1999, dejando varios libros publicados con poesías, cuentos, teatro, ensayos e historia social.
10- Carmen Casco de Lara Castro. Apodada cariñosamente como “Ña Coca”, nació en Concepción, en 1918. Fue una de las más grandes luchadoras a favor de los derechos humanos durante la dictadura stronista, creadora de la Asociación Cultural de Amparo a la Mujer, en el año 1962, y fundadora de la Comisión Paraguaya de los Derechos Humanos, en 1967. Soportó persecuciones, pero nunca se doblegó.
#Fuente : Por Andrés Colmán Gutiérrez de última hora