Justicia paraguaya genuflexa y
sometida a una fe corrompida
CIUDAD DEL ESTE (religión, por Carlos Roa) Qué está pasando con el espíritu humano al escuchar, ver y leer las noticias como éstas, que después de muchas zarandeadas puedan ser puestas a conocimiento del mundo, en el caso de la sistemática violación de pedófilos con sotana por el mundo entero. Y vemos principalmente en Paraguay, donde ya existieron muchos padrecos degenerados que no tuvieron paciencia ni lealtad por ese prójimo, donde el caso más actual es el caso del sacerdote Félix Miranda, de la zona de Edelira, Itapúa, quien abusó durante años de un monaguillo, recibiendo como condena por las atrocidades cometidas una condena de multa de 5 millones de guaraníes, algo realmente absurdo y aberrante.
Pero los casos de abusos en la Iglesia ya vienen desde los años noventa del siglo XX, donde por primera vez se denunciaron en EEUU e Irlanda, casos de abuso sexual cometidos por curas, saltando la existencia de centenas de víctimas, tanto niños como niñas, de estos depravados que vestían la sotana perversa.
Una de las denuncias más recientes indica que al menos 547 niños del famoso coro de la catedral de Ratisbona, Alemania fueron víctimas de los abusos sexuales y físicos perpetrados por sacerdotes y profesores entre 1945 y los años 90, según revela el informe final presentado por el abogado Ulrich Weber, contratado por la Iglesia para investigar el caso.
“Los afectados describieron sus años escolares como una prisión, como un infierno y como un campo de concentración. Muchos se referían a esos años como la peor época de su vida, caracterizada por el miedo, la violencia y el desamparo”, señaló el letrado.
Lo que nos preguntamos es porqué el ser humano llegó a este punto, principalmente los ministros del Poder Celestial en la tierra, quienes en vez de cumplir con los designios del Altísimo, someten, abusan y violan la inocencia de niños y niñas desamparados. Y lo más triste que el capitolio de la Iglesia Católica, el Vaticano, se rumorea en voz alta, que es el centro de la perversión de muchos padrecos o representantes de Dios con Sotana perversa en el mundo.