TENDENCIA (Historias, por Carlos Roa) Paracas se encuentra en la costa sur de Perú. Es allí, en este paisaje árido, donde el arqueólogo peruano Julio C. Tello hizo uno de los descubrimientos más misteriosos en 1928.
La península desértica de Paracas está ubicada en la costa sur de uno de los países más enigmáticos de América del Sur: Perú. Es allí, en este paisaje árido, donde el arqueólogo peruano Julio C. Tello hizo uno de los descubrimientos más misteriosos en 1928. Durante las excavaciones, Tello descubrió un cementerio complejo y sofisticado en el suelo áspero del desierto de Paracas.
En las enigmáticas tumbas, Tello desenterró una serie de restos humanos controvertidos que cambiarían para siempre cómo miramos a nuestros antepasados y nuestros orígenes. Los cuerpos en las tumbas tenían algunos de los cráneos alargados más grandes jamás descubiertos en el planeta, llamados los cráneos de Paracas. El arqueólogo peruano descubrió más de 300 cráneos misteriosos que se cree tienen al menos 3000 años de antigüedad.
Como si la forma de los cráneos no fuera lo suficientemente misteriosa, un análisis reciente de ADN realizado en algunos de los cráneos presenta algunos de los resultados más enigmáticos e increíbles que desafían todo lo que sabemos sobre el origen y el árbol evolutivo humano.
Es obvio que todos tenemos miedo a la muerte, peor no hay que tenerlo, también hay mucha gente que piensa que cuando uno muere no debería ser enterrado pero si cremado, pero hay algo muy interesante y curioso que muchos seres humanos ignoran y es que el alma es eterno pero cuando uno muere y se le quema el alma muere con el cuerpo, para qué matarlo al alma, es como dice en la biblia, de donde venís y a dónde vamos?