JUEZ, FISCAL Y CAMARISTAS
CIUDAD DEL ESTE (Judiciales, por Carlos Roa) La triste realidad de estos personeros rastreros que ocupan cargos de camaristas, jueces y fiscales, refiriéndonos a las aberraciones cometidas por estos supuestos paladines de la justicia, como Isidro González Sánchez, Aniceto Amarilla y una preopinante que dejó mucho que desear, Myrian Meza, en un expediente y condena, dando el resuelve de la apelación que presentó el abogado del periodista querellado, habiendo aberrantes irregularidades, cercenando todos los derechos del imputado y condenado Carlos Esteban Roa, y dando razón a un desvergonzado juez Carlos Víctor Bordón y a su coadyuvante representante de la sociedad, una tal Emilce Ovelar, que se jacta de impoluta y con valores.
El revés de la apelación del querellado, donde ya se hizo una apelación porque está totalmente visto que esta fue una querella privilegiada, cercenando los derechos del acusado de parte del verdugo juez que quiere acallar a la prensa, buscando epítetos y malas costumbres en sus diligencias jurídicas del día a día, acompañado por una legión de vándalos judiciales sin – vergüenzas, cretinos, tarambanas, que someten al ciudadano a sus caprichos y bienestar, depende del fulano que quiera perjudicar al otro. Sin embargo, según las escrituras o enseñanzas del derecho cívico y penal la ley está para ajustarse a la medida al individuo en cuestión, si es culpable, castigar pero si no es, buscar la forma de brindarle sus derechos, y no utilizarlo como un medio de buscar beneficios y dádivas para su bienestar propio y así enriquecerse y jactarse ante la sociedad que ellos son personas capaces y que están en los lugares adecuados. Isidro González, un personaje de los zaguanes del palacio de justicia, con muchos cargamentos de mala gestión. Aniceto Amarilla, el que se encarga de buscar los arreglos correspondientes a través de llamadas telefónicas con la víctima de turno, y la preopinante Myrian Meza, una que finge leer el expediente y luego dar el veredicto, depende como lo mire Cacho González, pero en este caso, según la fuente del propio palacio dijo que ni siquiera leyó, solamente le ordenaron “dejá nomás así”. Un juez como Carlos Bordón, devoto fiel a la virgen de Schoenstad, quien debería tener consideración por el prójimo, quien circulaba en escarabajito para simular honestidad, hoy se pasea en un auto de alta gama y como dice Abc Color (where the money come from, o sea, de dónde sacó la plata)
Y para el broche final de este vericueto jurídico, desde los capitolios de la justicia, ya sea fiscalía, palacio de justicia, tribunal penal, la supuesta impoluta Juana Emilce Ovelar Rodríguez, que dijo en el momento de que el juez sentenció al periodista, ella agregó, sí a este hay que enviar a la cárcel”, molesta con sus publicaciones, según la fuente. Una impresentable fiscal que incluso fue denunciada por el Colegio de Abogados del Alto Paraná, pero ella se cree intocable porque le tiene como padrino al conocido y célebre senador Calé Galaverna.
Y estos son los que nos representan a la ciudadanía en el Alto Paraná; vivimos rehenes de la injusticia y no tenemos personas con valores, como el monseñor Ricardo Valenzuela, que dio una paliza de verdades al representante del ejecutivo del Paraguay. Por eso siguen todavía los clanes como ZI y otros en pie, porque ya deberían estar hace tiempo pagando sus pecados en Guantánamo.