CIUDAD DEL ESTE (tendencias, por Carlos Roa) Llegó la tecnología que trajo a su vez un aprendizaje rápido y práctico, como así también un desbarajuste mental, social y emocional. Porqué emocional? Porque hoy en día parejitas menores y hasta mayores usan el mecanismo de “me podés enviar una foto hot si me querés”? Y ahí comienza el desbarajuste porque de primera la yiyi o la supuesta parejita reacciona con un no, y el macho alfa insiste. Aaah, entonces no me querés?, insiste éste y presiona hasta que la fémina finalmente ceda a sus pretensiones. Pero una vez enviada la foto hot, éste pide más y más fotos, hasta llegar al desnudo total, donde muchas chiquilinas exponen sus intimidades, que estos degenerados lo hacen viral o usan para extorsionarlas, diciendo si no cojés conmigo, le muestro a tu papá que sos una puta.
Y cuando llega a ocurrir eso, generalmente se arma un gran lío en la familia, donde se busca al culpable y la lógica dice que los muchachitos son los culpables, pero en realidad son los padres, que no cuidan actitudes sospechosas de sus hijas. A pesar que existe un mecanismo llamado control parental, muchos ignoran esta función que podría evitar que sus hijas sean expuestas a este depravado pinche pendejo y a veces hombres mayores, los llamados pedófilos.
Entonces señores padres, a cuidar a sus hijas menores para que no caigan en estas trampas llamadas “sexting”, Su nombre es un acrónimo de ‘sex’ o sexo y ‘texting’ o escribir mensajes. Consiste en enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual personal a través del móvil mediante aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales, correos electrónicos u otro tipo de herramienta de comunicación.
Habitualmente se suele realizar de manera íntima, entre dos personas, aunque pueda llegar a manos de muchos otros usuarios si no se respeta esa intimidad. Lo que por desgracia es bastante habitual. De ahí su mala fama, a pesar de ser una de las prácticas más comunes en la actualidad para ‘subir grados’ tras conocer a alguien en una app de contactos, por ejemplo, o bien para ‘calentarse’ en pareja y mantener relaciones sexuales cuando la distancia lo impide, con la imaginación.